Tenis | ATP Finals
Un Sinner implacable se clasifica para la final tras batir a Medvedev
El italiano supera a un ruso muy combativo con otra lección de fuerza mental y valentía (6-4, 6-7 (4), y 6-1, en dos horas y media) y espera a Alcaraz o Djokovic
Horario y dónde ver el partido Alcaraz - Djokovic de las semifinales de las ATP Finals
Jannik Sinner celebra el triunfo sobre Medvedev
Jannik Sinner está listo, preparado y con el cuerpo a punto para acometer los mayores títulos del tenis. En esta semana, solo le queda un paso para confirmar que su crecimiento es ya una realidad. Con un torneo impoluto, se clasifica para la final ... de las ATP Finals con otro gran partido, férreo, concentrado y sin grandes fisuras ante un Daniil Medvedev que acabó consumido. El italiano da una alegría a sus paisanos, que no celebran un gran título en el cuadro masculino desde 1976 (Roland Garros, con Adriano Panatta) y a sí mismo, convencido ya de todo su potencial.
ATP Finals
Semifinal
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6 | 6 | 6 |
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4 | 7 | 1 |
En su mejor expresión, es un robot que controla los tempos y las distancias como pocos. Le van las piernas ágiles, porque son 22 años, porque son 188 centímetros de altura y un cuerpo fino y coordinado. Es quizá este punto lo que todavía no está en su momento óptimo, pues han sido varios los torneos en los que el cuerpo lo ha obligado a abandonar (Marsella, Conde de Godó, Halle y París-Bercy, por contar solo en este curso) y ha palidecido ante las exigencias de los Grand Slams; solo se ha asomado a unas semifinales de un torneo a cinco sets (Wimbledon 2023). Y se indica que 'solo' porque la competencia por edad y por méritos con un tal Carlos Alcaraz a su lado es demasiada.
Ya no tiene miedo a las alturas este Sinner que celebra con apenas una sonrisa y un puño en alto, su seña de identidad, los puntos y las victorias. Se le tilda de frío por eso, pero es lo que, precisamente, lo ha convertido en un tenista completísimo. No se dejó avasallar ante Medvedev, que ya languideció un poco contra Alcaraz, porque no le convenía, pero ofreció todo de su parte para que Sinner se exhibiera en todo su esplendor.
El ruso, campeón en esta pista en 2020, comenzó muy seguro, pero se desconectó en el cuarto juego. Ni su saque ni su derecha lo sostuvieron y dejó un agujero demasiado grande para este Sinner que defendió el terreno conquistado con carreras, inteligencia y madurez.
Ahí es donde el italiano da muestras de su calidad y de su subida de nivel. Donde otros fallan y palidecen, incluso él hace no tanto, ahora se levanta, se centra y ejecuta con valentía. Una bola de rotura tuvo Medvedev en el séptimo juego. Falló Sinner su primer servicio; incluso el segundo rozó la cinta. Pero a la hora de la verdad: buena derecha y remate en la red para atajar el peligro.
Se sometió en el segundo set al Medvedev más muro, más capaz de devolverlo todo con ese estilo maquinal, también robótico, muy comedido en esta semana en la que sabe que el público no va a estar con él. Imperturbable en el golpeo, sacó a relucir su excelente primer saque, que apenas estudia a la hora de ejecutarlo, y dribló las amenazas de Sinner con dureza. Tuvieron cada uno una opción de rotura, pero la frialdad de ambos los condujo al tie break donde dos errores del italiano permitieron que la fiesta de esta primera semifinal se alargara una hora más. Eso sí, el ruso pagó con dolores en la cadera la exigencia ejercida por el rival.
Y a Medvedev se le hizo largo estar tanto tiempo bajo control de sus emociones. Favoreció la situación ese Sinner madurado en la paciencia. A las dos horas de encuentro, una bola de break, otra bola de break, y otra más hasta que encontró el botón con el que desconectar la cordura del ruso. Break en el segundo juego, rabia desatada con la raqueta incrustada en una valla y el consabido enfrentamiento con el público: lo mandó callar y hasta señaló a alguien de la grada, a quien invitó a bajar a la pista. Su mesura se acabó ahí.
Y su partido, porque el imperturbable fue Sinner. Y una versión afiladísima cuando vio al ruso desequilibrarse. Encantada la grada con este chico que se mueve de maravilla por la pista y, además de devolver mucho, como el ruso, aporta magia para descentrar al rival, y, lo que a algunos todavía les falta, seguridad mental cuando se juega en el límite de la rotura o de ganar el set.
No se achicó cuando encontró el segundo break merced de un repertorio de reveses paralelos extraordinario, ni se vino abajo cuando tuvo saque para ganar. En blanco el juego de la victoria, impoluto su triunfo como toda su semana. Es contundente, esta centradísimo y no se encoge, la fórmula perfecta. A la que suma ese liderazgo en las victorias bajo techo, 17 con esta, por solo una derrota, en este curso y que exprime como nadie en este Pala Alpitour. En la final de sus primeras ATP Finals de clasificación directa (en la edición de 2021 sustituyó a Berrettini). Y con ganas de más.
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