Tenis
La regla tumba a la tradición: las mujeres ya pueden llevar ropa interior oscura en Wimbledon
Wimbledon
El torneo cambia su código de vestimenta para las jugadoras, que sufrían en la pista al menstruar
Veto al blanco: una regla contra la regla
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Ni siquiera la tradición más enraizada ha podido resistir ante el clamor de las jugadoras. La edición 2023 de Wimbledon, la número 136 de su historia, será recordada por ser la primera en la que se modificó el estricto código de vestimenta al que ... han de acogerse todos los tenistas que quieran participar en el torneo, ese que obliga a utilizar el blanco en todas y cada una de las prendas.
La decisión fue adoptada al acabar la edición del año pasado y se ha hecho efectiva al comienzo de la actual con la modificación del artículo 9 del mencionado reglamento, el que se refiere a la ropa interior de los jugadores: «Cualquier ropa interior que sea o pueda ser visible durante el juego (incluso debido a la transpiración) también debe ser completamente blanca, excepto por un solo borde de color que no sea más ancho que un centímetro (10 mm), excepto las jugadoras a las que se les permite usar ropa sólida, calzoncillos interiores de color medio-oscuro, siempre que no sean más largos que los pantalones cortos o la falda». Esta coletilla final referida a las jugadoras es la que se ha añadido a partir de esta edición. Recoge el sentimiento de muchas de ellas, también años y años de quejas y súplicas para no tener que utilizar ropa interior blanca cuando se ven afectadas por la menstruación. «Es nuestro deseo que este ajuste en la norma ayude a las jugadoras a concentrarse únicamente en su actuación en la cancha, quitándoles una potencial angustia de encima», declaraba tras la aprobación del nuevo reglamento Sally Bolton, primera presidenta ejecutiva del All England Club.
Se suele decir que solo hay dos cosas inamovibles en el tercer Grand Slam del año: el verde de la hierba y el blanco de la ropa. Esto es así desde los orígenes, cuando la pulcritud del color níveo se asociaba al elitismo de la gente que practicaba el deporte. Luego, la tradición se hizo norma, e incluso se fue endureciendo con el paso de los años. Dejó de valer cualquier blanco. El color hueso y el crema quedaban fuera de una legalidad cada vez más escrupulosa, en donde se miraban hasta el interior de las gorras, las suelas o los cordones de los zapatos e incluso, queda escrito, los calzones o 'shorts' susceptibles de verse a través de la sudoración. Daba igual que fuera en entrenamientos o en partidos; camisa, falda o sudadera. Una vez que el jugador ingresaba en el perímetro de la cancha, no había mejor forma de identificarlo que a través de su vestimenta.
Estrés y nervios
Para las mujeres comenzó a ser un problema. Incluso un trauma. Algunas -más por desconocimiento que por osadía-, desafiaron la norma. La francesa Tatiana Golovin se presentó a sus partidos en 2007 con un llamativo culote rojo por debajo de la falda blanca. Fue advertida, pero no sancionada. Como tantos otros. Roger Federer tuvo que cambiar sus zapatillas en 2013 por un ribete naranja que chirriaba demasiado. A Rafa Nadal también le llamaron la atención por el largo de sus pantalones en el inicio de su carrera. Y a la canadiense Eugenie Bouchard no le dejaron empezar un partido en 2015 al asomar un tirante negro por debajo de su camiseta.
«Apoyo mucho la decisión», declaraba esta semana a Sky Sports la estadounidense Coco Gauff, número siete del mundo. «Tuve el periodo durante el pasado Wimbledon y fue muy estresante. Tienes la ropa interior y todo eso, pero aún así estás pensando en ello continuamente. Iba al baño solo para asegurarme de que no se veía nada. Creo que va a aliviar mucho el estrés».
«Todas las mujeres estamos contentas», añadía la rusa Daria Kasatkina, número 10 de la WTA. «Ya es bastante tener que lidiar con tu rival en la pista como para sumarle esos nervios. Si todo el rato estás pensando si tu falda se va a ensuciar no vas a poder dar el cien por cien. No creo que este pequeño ajuste vaya a hacer daño al torneo, pero para nosotras supone un gran avance».
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