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Los pies, el origen de la elegancia de Federer
adiós de federer
Anabel Medina, la seleccionadora española femenina, disecciona el tenis del suizo
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Iniciar sesiónComo su sombra, la elegancia también ha sido inherente a Roger Federer. La finura y la gracia en su tenis siempre han enlazado con su actitud fuera de las pistas. «Los tenistas siempre decíamos que iba en chándal y parecía que llevaba un chaqué», ... describe a ABC Anabel Medina, la capitana de la selección española, quien tantas veces coincidió con el suizo por los torneos del mundo. En la hora de la despedida, el tenis y el deporte vinculan sus recuerdos al estilo de Federer, su revés a una mano, su derecha milimétrica, su saque afilado o su muñeca cumbre del talento. Pero la elegancia es otra cuestión y, según el análisis de Anabel Medina, esa virtud procede del juego de pies.
«Al hablar de tenis, mucha gente se centra en los golpes, pero más importante que eso es el juego de pies -dice la entrenadora valenciana, quien preparó a la letona Jelena Ostapenko, ganadora de Roland Garros en 2017-. Federer ha sido uno de los jugadores del circuito que mejor se ha movido. El inicio del juego de pies le ha hecho situarse siempre cerca de la pelota y en buena posición de golpeo. Es un jugador muy plástico que trabajó desde muy pequeño la psicomotricidad con un preparador físico. Trabajar tanto tiempo esta parcela del movimiento, unido a sus cualidades físicas, le hace parecer que flota, porque da los pasos justos y tiene una gran agilidad para posicionarse detrás de la pelota».
Federer nunca permitió que sus rivales le viesen sudar. Jugó al tenis con un estilo que casi nunca evidenció el esfuerzo que requería, al contrario de otros tenistas. «Un detalle que se trabaja mucho en la base es la técnica del golpeo, los gestos y movimientos fluidos -explica Medina-. Roger tiene un golpe natural y limpio que le permite acometer la pelota en el punto dulce, siempre un poco por delante de su cuerpo. Él siempre golpea delante, lo que le ha permitido tener buen control, precisión y potencia».
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Federer nunca fue un tenista que gritase al aplicar sus pelotazos o gruñese al girar el cuerpo. Tampoco celebró los puntos ruidosamente o con gestos exacerbados. Elegancia, siempre la distinción. «Le ha ayudado mucho la evolución de las raquetas y los cordajes -cuenta la seleccionadora española-. Él juega con un tipo de cordaje (mixto con tripa y sintético) que le ayuda a ganar potencia y en los efectos, sobre todo con el cortado».
La forma en que sujetó la raqueta y sus cualidades físicas le ayudaron a desplegar un golpe único, ese revés a una mano inconfundible. «El revés a una mano en jugadores tan top es muy significativo. Quiere decir que es muy bueno, porque utilizan solo una mano y hay que tener mucha fuerza. Es un revés técnicamente muy bueno, porque además de ser capaz de darle efecto liftado también puede variar su juego con el cortado. Se anticipa mucho a la bola y es capaz de cambiar muy fácil las direcciones», dice Medina.
La ausencia de lesiones durante su prolífica carrera tiene que ver con la precisión de haber colocado las piernas en su sitio, según explica la seleccionadora. «Si siempre estás bien posicionado, en el lugar correcto, el golpe siempre es más fluido. Si llegas tarde a la pelota, o practicas un juego más defensivo, te tienes que estirar sobre la línea de fondo para salvar la bola. Él es un tenista muy agresivo, y su juego se basa en el dominio constante. Obviamente tiene que defender, pero en su caso las situaciones de defensa han sido menos».
«Su saque no es muy potente, pero su técnica y su muñeca le hacen ser muy efectivo -analiza Medina-. Es capaz de conseguir todas las direcciones y un alto porcentaje de primeros servicios. El rival nunca sabe dónde le va a sacar. Saca liftado, cortado, plano, pero tiene agilidad mental para hacer daño».
Un compendio de virtudes que derivan en la plasticidad suprema. «Si a todos estas virtudes le sumas un don natural en la mano, pues tienes a Roger Federer. Posee una sensibilidad especial con la pelota, nadie la tiene en el circuito actual y pocos en la historia. Tal vez John McEnroe, aunque con un estilo muy diferente».
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