Nadal: «Quería seguir, pero no puedo arriesgar a estar dos meses fuera»

Había hecho lo posible por continuar, entrenarse una hora de forma suave por la mañana, pensar y repensar las pruebas hechas, los movimientos, las opciones. «Me imaginaba cómo podía ganar así dos partidos y para respetarme a mí mismo no quería salir ahí fuera si no estaba completamente competitivo para alcanzar mi objetivo; y, además, había muchas posibilidades de que la lesión fuera a peor», continuó en su explicación. «Lo he pensado mucho durante toda la noche de ayer y el día de hoy, pero llegas a la conclusión de que lo que quieres es ganar los partidos, y ahora es prácticamente imposible ganar dos partidos de este nivel con un abdominal roto. Cosa muy improbable de ganar a Kyrgios, era pensar también cómo hubiera llegado al domingo».

No se arrepiente de la decisión tomada, aunque duela, como tampoco de no haber parado en el partido contra Taylor Fritz, cuando el dolor lo paralizó durante un buen rato y le impidió jugar con soltura, sobre todo con el saque. «La decisión de seguir contra Fritz fue correcta porque continué y gané. No soy una persona que si toma una decisión luego se arrepiente. Aprendes de los errores y tratas de no hacer otros, pero no quería irme de la pista de un partido de cuartos. La posibilidad de retirarme estuvo en mi cabeza durante cinco o seis juegos. Encontré la forma de volver y ganar el partido, algo de lo que estoy orgulloso». Pero luego conoció la dimensión de la rotura: «He tenido problemas en el abdominal durante la semana, pero estaba más o menos bajo control. En el partido fue el peor momento. Y había que tomar una decisión con respecto a la salud».

Había realizado, indicó, un gran esfuerzo por llegar a Roland Garros, que le había supuesto un gran desgaste físico y emocional, y había subido la apuesta para estar en este Wimbledon, del que se marcha sin jugar las semifinales, lo que confiere a la decisión una carga más de sufrimiento para él: «Asumo que me voy de uno de los mejores torneos del mundo en una situación privilegiada porque estaba jugando bien y tenía opciones. He jugado muy bien, con un nivel muy muy alto. Y eso hace que me sienta incluso peor, porque con este nivel tenía oportunidades».

Sobrevuela ese pesar de perder otro tren en un Grand Slam, tan cerca del domingo. Y de que han sido ya muchos los vacíos a los que han obligado las lesiones. Es la quinta vez que Nadal se retira durante un grande -cuartos del Abierto de Australia 2010, tercera ronda de Roland Garros 2016, cuartos del Abierto de Australia de 2018, semifinales del US Open de 2018-, pero son muchos más los que los dolores le han impedido incluso participar Wimbledon es uno de los que más ha tenido que saltarse: 2004, 2009, 2016, 2017 y 2021. Las rodillas, la muñeca, el pie, ahora, la rotura del músculo abdominal, que ya sufrió en 2009 y de la que aprendió, otra vez a las malas: «La experiencia que tengo, del US Open 2009, es que la rotura comenzó de un tamaño y se acabó multiplicando por ocho. No pude competir en la semifinal contra Del Potro. Aquí tenía la intuición de que me había roto, pero no lo sabía. Había un pequeño edema, muy pequeñito, pero ayer ya se vio que había incrementado». Y ahí, del miedo a que forzar la máquina le depare más problemas en el futuro, también ha llegado esta decisión: «La gente puede pensar que juego al límite por ambición y no es por eso. Hago lo que siento, y con la convicción de que lo estoy haciendo sin poner en riesgo ni mi futuro ni mi salud. Y aquí sí que siento que estoy poniendo en riesgo mi salud y mi felicidad. Parar ahora unos meses sería muy duro para mí».

Ahora, señaló, serán entre tres y cuatro semanas de recuperación, porque este problema sí lo cura el tiempo. Por lo que, subrayó, su calendario no cambia demasiado: «Se irá viendo semana a semana. Mi intención es estar en Montreal (del 7 al 14 de agosto)». Nadal se despide de Wimbledon, antes de las semifinales, batido por su propio cuerpo.