Tenis
Nadal y los otros parones en su carrera
Esta baja sin fecha de regreso que ha anunciado el balear se une a otros periodos en los que las lesiones lo apartaron del circuito
Nadal deja el tenis sin fecha de regreso y anuncia que 2024 será su último año
Rafa Nadal
«Creo que no me merezco acabar así», confiesa Rafael Nadal en la rueda de prensa. Quiere, como siempre, darse una última oportunidad para decir adiós al tenis en la pista y luchando por grandes títulos. Esa va a ser su última lucha contra ... sí mismo, pues ha sido, su cuerpo, el peor de los rivales posibles.
Lleva fuera del circuito desde el 18 de enero, cuando perdió contra el psoas ilíaco en la pierna izquierda, y contra Mackenzie McDonald en la segunda ronda del Abierto de Australia. La lesión, que se pronosticaba en seis y ocho semanas, se está alargando más de cinco meses, y el balear no ve una solución a corto plazo. Por eso anunció que no habrá más tenis hasta que el cuerpo se lo permita. De ahí que se alargue este parón más de lo debido y sin fecha de regreso.
Es el último, pero no el único parón que ha tenido que hacer en su carrera. Al contrario, son muchas las lesiones que lo han dejado en la enfermería más tiempo del que le hubiera gustado.
Entre la espalda, la zona abdominal, el pie izquierdo, las muñecas y las rodillas, entre otros males, Nadal ha tenido que renunciar a muchos torneos. En 2008 la tendinitis crónica en las rodillas lo dejó sin participar en la Copa de Maestros, también lo llevaría a sufrir su primera derrota en París, en 2009 contra Robin Soderling. La ausencia continuaría en Wimbledon de ese año.
El síndrome de Hoffa, inflamación del tendón rotuliano, derivado de ese desgaste, lo obligaría en 2012 a parar seis meses desde julio: sin Wimbledon, sin US Open, sin Juegos, sin Australia 2013. Ya en 2014, aunque empezó a sufrir ya desde el inicio, estancado como se quedó en la final del Grand Slam de Melbourne ante Wawrinka, sufrió muchos problemas en la muñeca derecha, lo que motivó que, tras caer en octavos ante Nick Kyrgios, no pudiera disputar ni los Masters 1.000 norteamericanos ni el US Open.
El año 2016 fue otro de los años más dolorosos de su carrera. No se presentó al partido de tercera ronda en Roland Garros contra Marcel Granollers y llegó justísimo para los Juegos Olímpicos, pero no a su mejor nivel y cayó ante Kei Nishikori en la pelea por el bronce. Además, confesaba en una entrevista a este diario que había padecido algún periodo de ansiedad mayor que la de otros años.
También 2018 fue un calvario. El psoas-ilíaco lo atacó, como en este año, en el Abierto de Australia, y lo dejó fuera de las pistas hasta abril. En la temporada de tierra consiguió un buen puñado de títulos: Montecarlo, Barcelona, Roma y París. Se recuperó para arañar otro mordisco en Cincinnati, pero tuvo que retirarse en semifinales del US Open ante Juan Martín del Potro y ahí terminó su año.
La pandemia lo obligó a parar, como a todos, y admitió que le había costado el encierro. Pero jugó y ganó ese Roland Garros de otoño-invierno para reivindicar que seguía ahí, a pesar de todo y de todos (ganó a Djokovic con una paliza). En 2021, otros muchos meses de parón. Primero tras perder contra el serbio en París, en semifinales, cuando se perdió Wimbledon y los Juegos de Tokio 2020; intentó recuperarse, pero con un intento con poco éxito en Washington, decidió finalizar su año.
A pesar de esos seis meses de parón, inició 2022 con los títulos en Melbourne y en el Abierto de Australia. También se coronó en Acapulco, pero tuvo que parar a raíz de una fisura en las costillas que sufrió en Indian Wells. Se saltó Miami y llegó con dudas a Roland Garros, pero lo jugó, y lo ganó, infiltrado en el pie. A partir de verano, otro problema abdominal lo dejó sin semifinales de Wimbledon y otros meses más en barbecho. Intentó regresar a final de curso, pero no tuvo demasiados buenos resultados.
Y en 2023, esta lesión en el psoas-ilíaco que iba para dos meses y ya van casi seis. Y que no lo deja volver por el momento, aunque su lucha, como siempre, sigue ahí. «Quiero recuperarme para intentar hacer un 2024 de despedida que no sea una comparsa. Quiero intentar volver a pelear por los títulos». Es Nadal, y no se puede dudar de que peleará contra sí mismo todo lo posible para despedirse a lo grande.