Tenis
Nadal se lesiona y cae ante McDonald en segunda ronda en Australia
Abierto de Australia
El español, que nunca encontró su ritmo, sufrió un pinchazo en la cadera en el 4-3 del segundo set y continuó por pundonor hasta el final (6-4, 6-4 y 7-5, en dos horas 32 minutos)
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Iniciar sesiónA Rafa Nadal se le acaba el Abierto de Australia en la segunda ronda. Pierde contra Mackenzie McDonald por 6-4, 6-4 y 7-5, pero sobre todo acaba porque lo volvió a asaltar otra lesión. El cuerpo del balear, 36 años, vuelve a ... romperse, esta vez en la zona de la cadera izquierda, tras un mal gesto que se produjo en el 4-3 del segundo set. Vuelve a ser Australia ese territorio hostil que tantas veces le fue esquivo, recordando otros momentos duros como la final de 2014 contra Stanislas Wawrinka cuando lo acosó un dolor de espalda que lo obligó a jugar, como hoy, vacío de fuerzas, solo por brazo, experiencia y orgullo.
Abierto de Australia
Segunda ronda
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6 | 6 | 7 |
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4 | 4 | 5 |
A Nadal, nada que ver con el inicio fulgurante del estreno ante Jack Draper, le costó adaptarse a una segunda ronda también de mañana, pero bajo techo por las lluvias intermitentes que acompañaron a la jornada australiana. Le costó el techo, la pelota no corría como en otros envites, y le costó también leer el juego de Mackenzie McDonald. Pero, sobre todo, le costó el peor de sus rivales: las lesiones. El balear sufrió un pinchazo en la zona de la cadera izquierda con 4-3 del segundo set que lo dejó sin fuerzas, sin movilidad y sin Abierto de Australia al defensor del título.
La mala racha continúa en este 2023, después de los últimos seis meses luchando contra una rotura muscular en el abdominal que lo acompaño desde julio y hasta final de curso, apenas una victoria en siete partidos, más dos derrotas al inicio de este año. Por eso necesitaba ganar confianza, por eso, decía, la importancia del triunfo ante Jack Draper. Pero cuando la confianza estaba al alza, otro bajón. Otra lesión. La enésima frustración.
Nadal: «Mentiría si dijera que no estoy destrozado mentalmente»
Laura MartaEl balear notó un pinchazo en la cadera y no quiso abandonar el encuentro sin luchar lo que pudiera. Espera que esta lesión no lo obligue a estar demasiado tiempo fuera de las pistas
No había habido lesiones físicas al inicio del encuentro. Pero sí otra vez las nubes que atenazaron al balear en el segundo parcial de su estreno. Al ralentí, frío como un témpano, se vio acorralado contra un McDonald al que todo le salía bien. Un jugador que sin tener ningún golpe definitivo y demoledor, supo atacarle al cuerpo.
En cada resto, el estadounidense golpeaba al centro de la pista, alta y al fondo, y encontró a un Nadal desajustado, enfadado desde el inicio con la jueza de silla por la rapidez en la que pulsaba el botón de los 25 segundos para el saque y falto de esa chispa que sí tuvo en el estreno; un Nadal que no encontraba la agilidad necesaria para encontrar la posición adecuada para responder a la propuesta del 65 del mundo.
Las lágrimas de Mery Perelló tras la lesión de un Nadal que acabó desesperado
David Sánchez de CastroLa actitud del manacorense durante el partido contra McDonald dejaba claro que no entró con buenas sensaciones desde el principio
McDonald, forjado en el tenis universitario y con progresión más lenta de lo habitual, se mantuvo firme en su táctica: aprovechar esa falta de movilidad y rapidez para acogotarlo al fondo de la pista. Y sentenciar con el servicio. Seis saques directos en tres turnos de saque. No acertó demasiado en su repertorio de dejadas, pero llegaba a casi todo y la derecha le permitió conseguir un segundo break. Y tuvo pelota para 5-1, pero, lo decía Marc López en el banco: «Ya está bien».
Por fin la derecha encontraba las grietas en el rival. Escorado siempre para lanzar el drive abierto, dejaba el pasillo enorme para que Nadal, poco a poco, se fuera encontrando con el paralelo. Así inició el contragolpe. De las dos opciones que tuvo McDonald para el 5-1, Nadal se trabajó el break y el 4-2. Por fin los puños, el vamos y los aplausos en el banquillo. Ese era el camino: del casi 5-1 al 5-4. Ese era el camino, si no lo hubiera frenado la lesión.
Aunque en ocasiones en estos momentos se impone más la leyenda que el tenis, a McDonald no le ofuscó ni ese inicio de remontada ni las dos bolas de break que se ganó Nadal a lo Nadal al borde del primer set. Pegado a su servicio y a su derecha, ganador del doble de puntos que se alargaban en el peloteo, logró poner la guinda a un set fantástico por su parte en el que colaboró la frialdad de movimientos del español.
La dinámica y la sonrisa todavía se quedó un rato más en el lado del estadounidense, capaz de seguir torciendo el gesto de Nadal, incapaz de encontrar el ritmo del encuentro. Bajo mínimos también su servicio, que no acababa de ser todo lo peligroso que debiera, sobre todo el segundo, como tampoco sus derechas hacían daño. Y el 65 del mundo, que aguantaba de lado a lado, cerraba puños con otro break al inicio del segundo parcial.
El español apeló a lo que sabe hacer: martillear el revés del rival. Y le fue funcionando a rachas. Al estadounidense le sirvió presionar el segundo servicio del balear, apenas cinco puntos de quince en trece juegos. En esa batalla se fueron igualando las fuerzas y se fueron despejando las nubes en la cabeza de Nadal, soltada la tensión en un grito casi hasta impropio cuando logró levantar una bola de break en el tercer juego y poner el primero en su marcador (1-2).
Era el camino y solo faltaba ese puntito de acidez que le faltaba a los golpeos, a esos efectos que bajo techo no parecían inquietar apenas al estadounidense. Por ranking, por historial, porque ya se ha visto esta película muchas veces, era consciente Nadal de que el rival no puede aguantar el ritmo cinco sets. Tiene experiencia en eso. Y se fue imponiendo ese patrón. Más suelto con su servicio, en la red y con su derecha, fue arrinconando a McDonald, menos contundente con su saque, con su movilidad del fondo; más dudas, que esto es Nadal en un Grand Slam. A la hora y cuarto de partido, el gesto había cambiado y el español se ponía por delante en el marcador. El convencimiento estaba cambiando de lado, aunque quedaba un mundo, y una lesión.
De repente, otro resurgir de McDonald, que consigue un break cuando tenía Nadal el juego controlado. Y de repente, un pinchazo, un gesto de dolor. Un Nadal que no corre y que se aprieta la ingle izquierda, agachado y sin poder moverse después. Se deja llevar en el juego, 3-5, y pide tiempo de recuperación.
No está bien Rafa 😟😟
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) January 18, 2023
Seria preocupación por su estado físico#AusOpen #AusOpenEurosport pic.twitter.com/opT60FznjB
McDonald observaba desde el banquillo que su partido estaba siendo perfecto, incluso en ese resurgir de Nadal. Y volvió Nadal, seis minutos de tratamiento, pero al ralentí. Sin impulso apenas en los servicios y tampoco en los golpes. Caras serias en su banquillo e incluso lágrimas en los ojos de su mujer. No se podía mover.
No fue un impedimento para que ganara ese juego de saque, despistado su rival porque tenía enfrente a un Nadal mermado y no supo muy bien cómo jugarle. Fue un pequeño impulso para el balear, que confiaba en que con el paso de los minutos el tratamiento le permitiera continuar luchando un poco más.
Pero no había consistencia en el juego de Nadal, que golpeó con la raqueta el banco con rabia al perder el segundo set. Miraba al palco, al cielo, a sí mismo. Se daría una oportunidad más para continuar en el partido, por si el tiempo lo ayudaba en la recuperación. De otras parecidas ha salido, como ese encuentro ante Taylor Fritz de cuartos de final de Wimbledon el año pasado. Así consiguió cinco juegos, cojeando, tirando de brazo y de orgullo. Así consiguió un saque directo ante una bola de rotura.
Pero no pudo hacer más y McDonald apretó en los dos últimos juegos. Victoria de su vida para el estadounidense y otro día de pesadilla para el balear, que continúa la mala racha de lesiones que empezó el pasado julio, y que ya había tenido otro bache en marzo, con esa rotura en las costillas. Se asoma Nadal a la sexta posición del ranking al sumar solo los 45 puntos de la segunda ronda. El peor rival volvió a atacarle con fuerza.
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