Tenis
Muguruza se aleja un poco más del tenis
La española, ausente de las pistas desde febrero, se perderá también las temporadas de hierba y tierra batida para pasar más tiempo con «familia y amigos»
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Garbiñe Muguruza aún no echa de menos el tenis. La española ausente de las pistas desde febrero de forma voluntaria, ha anunciado que quiere ampliar ese periodo de desconexión y alargarlo hasta después del verano. De modo que se pierde las temporadas completas de ... tierra batida y hierba. Y por tanto, los dos Grand Slam que levantó en un pasado no demasiado lejano: Roland Garros y Wimbledon. «Estoy pasando tiempo con familia y amigos. Está siendo algo muy sano e increíble, por lo que voy a alargar este periodo hasta verano», reza la nota publicada por Muguruza en sus redes sociales.
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La española, en plena crisis de juego y resultados, jugó su último partido a finales del pasado mes de enero en el torneo de Lyon, sobre superficie dura. Terminó como los seis anteriores, con una contundente derrota ante la checa Linda Noskova (número 56 del mundo) por 6-1 y 6-4. Ahí dijo basta. Dos semanas antes, tras caer también a las primeras de cambio en el Open de Australia, anunció que cambiaría su perspectiva y que empezaría a jugar torneos menores para recuperar las sensaciones. Trataba de no acelerar en su regreso a la élite, de ir paso a paso lentamente. Pero cuando vio que ni siquiera era capaz de superar una primera ronda en un WTA 250 decidió frenar en seco. «Me tomaré un descanso de la competición durante las próximas semanas. Seguiré trabajando con mi equipo para volver a mi nivel de tenis y sentirme lista para competir nuevamente», dijo entonces. Ahora, visto el resultado de ese parón, ha decidido ampliarlo.
Muguruza ganó su último torneo en noviembre de 2021, tras vencer a la estonia Anett Kontaveit en la final de la Copa de Maestras. La vasca mostraba entonces un nivel muy parecido al que le hizo ganar Roland Garros en 2016 y Wimbledon en 2017, los dos Grand Slams que lucen en su palmarés. Pero ahí se cortó la racha, y desde entonces todo ha ido cuesta abajo.
En 2022 empezó Solo unos cuartos de final (Qatar, en febrero). Eliminada en segunda ronda en el Open de Australia; fuera a las primeras de cambio tanto en Roland Garros como en Wimbledon e incapaz también de alcanzar los octavos de final en el US Open. La caída en barrena se inicia poco después en Tokio. Gana a la griega Despina Papamichail en la primera ronda, pero cae en la siguiente ante la rusa Liudmila Samsonova. Es septiembre. No ha vuelto a ganar un partido desde entonces.
Su ranking se desploma a la misma velocidad. Inicia el 2022 como la tercera raqueta mundial, y a duras penas acaba el curso la decimotercera. Pero su incapacidad para defender puntos le pasa factura con crueldad en este inicio de temporada. Tras el Open de Australia, de nuevo sometida en primera ronda, cae hasta el puesto 82. Y tras su derrota en Lyon desaparece del 'top 100' mundial por primera vez desde 2013, una década después. Ahora es la 132 del mundo, pero con su ausencia hasta después del verano lo más probable es que salga también de las 200 primeras del ranking.
La jugadora luce feliz y sonriente en sus redes sociales, volcada en otros proyectos y aficiones, mientras aguarda reencontrar la pasión ahora perdida por la raqueta.
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