tenis
Mirka, la mujer que cinceló la caballerosidad y la elegancia de Federer
Novios desde el año 2000, cuando se conocieron en los Juegos de Sídney, y casados desde 2009, tienen cuatro hijos en común
La eslovaca fue tenista, pero lesiones crónicas en su pie la obligaron a retirarse prematuramente para convertirse en una persona esencial del equipo de trabajo de Roger
Roger Federer, el bailarín que reinventó el tenis
La retirada de Roger Federer ha encogido el corazón de medio mundo. Pocos deportistas como él con su elegancia, su saber estar, su sonrisa, su amabilidad y su, cómo no, inmenso talento para jugar al tenis. En números de Grand Slam ya no podrá ... igualar ni superar a Nadal ni Djokovic, pero para bastantes seguidores y amantes de la raqueta él será el mejor jugador de la historia. Un caballero dentro y fuera de la pista gracias, también, a su mujer, la extenista eslovaca Mirka Vavrinec, a quién conoció en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000: «Allí yo era un novato y no tenía idea de cómo organizarme. La realidad es que en esas dos semanas en Australia construimos una hermosa química. Y el último día, cuando todos partíamos a distintos destinos, llegó eso que fue algo más que un beso».
Mirka se retiró prematuramente, cuando solo tenía 24 años, por distintas lesiones en su pie derecho que se convirtieron en crónicas. Llevaba ya entonces un par de años de noviazgo con Roger y tomó un nuevo rumbo en su carrera. Desde su adiós decidió ir a todos y cada uno de los partidos que jugara su marido y formar parte de su equipo de trabajo como relaciones públicas ejerciendo funciones de comunicación, marketing y patrocinios. «Quiero dar especialmente las gracias a mi increíble esposa Mirka, que ha vivido cada minuto conmigo. Ella me arropó antes de las finales y ha visto incontables partidos incluso estando embarazada de 8 meses», ensalza el suizo en la carta en la que anuncia su retirada.
Roger y Mirka, muy celosos de compartir su vida privada, se casaron el 11 de abril de 2009 en Bali, en una ceremonia íntima a la que solo acudieron los familiares y amigos más cercanos a la pareja. En la actualidad son una familia numerosa gracias al nacimiento de las gemelas Myla y Charlene, que hoy tienen 13 años, y de los gemelos Leo y Lennart, de ocho: «Quiero dar también las gracias a mis cuatro maravillosos hijos, que me han apoyado siempre ansiosos por explorar nuevos lugares y crear recuerdos maravillosos en este viaje. Ver a mi familia apoyándome desde las tribunas es un sentimiento que apreciaré para siempre».
Gracias a la aparición de Mirka, Roger suavizó y endulzó un carácter y un comportamiento que al principio de su carrera no era tal y como luego fue. Su esposa le enseñó a domar el mal genio y a comportarse cómo debía sobre una pista de tenis, porque aunque nadie tenga esa imagen en la cabeza, hubo un tiempo que Roger destrozaba sus raquetas cuando las cosas no le salían: «Me hizo crecer y madurar en los primeros años. Después, el apoyo que recibí de ella fue siempre amor incondicional. Siempre estuvo ahí para ayudarme. Me hizo más fácil la vida, sin importar que yo ganara o perdiera», explicó en una entrevista años atrás a la vez que elogiaba el rol que tuvo de mostrarle la dureza del circuito ATP y lo mucho que debía de entrenar y trabajar para llegar a dónde llegó.
Inolvidable es ese momento en el que tras la semifinal de Wimbledon en 2019 ante Rafa Nadal, Mirka calificó a su marido de Superman. Fue una de las pocas veces que mostró sus sentimientos en la grada, donde siempre estaba seria y concentrada en lo que su marido estaba haciendo sobre la pista. Era amor puro, y respeto y admiración mutua e incondicional, una relación más propia de tiempos pasados que de hoy: «Desde que la conocí mi vida cambió completamente. Me niego a dormir en la cama sin mi esposa», confesó en 2018 en una entrevista en The Mirror. Y así sigue siendo. La historia de amor de 'Rotschi' y 'Mir', como ambos se llaman el uno al otro, otro gran pilar de uno de los mejores tenistas de la historia.