El homenaje del Mutua Madrid Open a Sergio Delgado, el extrabajador del torneo asesinado en Burgos «por ser de Valladolid»

Delgado formaba parte del equipo de la organización del torneo madrileño, donde trabajó como diseñador de campañas promocionales y carteles.

En la previa del encuentro, la familia del fallecido accedió a la arcilla de la pista central de la Caja Mágica, la Manolo Santana, donde se guardó un minuto de silencio en su recuerdo, en presencia de todo el público, los jugadores y las personalidades de los palcos entre las que se encuentra el Rey Felipe VI.

Visiblemente emocionados, los familiares de Delgado han agradecido el gesto a la organización a la que el joven vallisoletano dedicó tanto tiempo de su vida laboral.

La Caja Mágica se fundió en un caluroso aplauso al término del minuto de silencio mientras las pantallas mostraban una imagen de Sergio Delgado, sonriente, como sus familias recuerdan que era: «Se trataba de un chico muy cariñoso, afable y que siempre tenía una sonrisa en la cara, porque estaba para todos», señalaron en su día personas del entorno del joven.

Antes de que abandonaran la pista para el comienzo del partido, los familiares fueron abrazados con cariño por Rafa Nadal, en un bonito gesto del balear antes de medirse al australiano en el que podría ser su último partido en la tierra batida madrileña.

Además, la hermana de Sergio, Carla Delgado, envió una carta abierta llena de emoción, que dibuja muy bien quién era el joven diseñador:

«Sergio siempre tenía una sonrisa en la cara con esos ojos de bonachón y esos abrazos de oso increíbles. Sergio es todo a lo grande: cabeza grande, grandes ojos, una altura enorme y un corazón que no le cabe en el pecho.

Desde pequeño apuntaba maneras en cuanto al 'tamaño': yo le sacaba año y medio, pero siempre parecía que él era 'el hermano mayor'. Siempre ha brillado por su imaginación, su manera de ver el mundo y su incansable necesidad de reír y hacer reír de pura felicidad a los que le rodeamos. Con él se podía hablar de cualquier cosa. Sabía escuchar y aconsejar, era capaz de enseñar y de aprender constantemente desde el respeto y la sensibilidad, y es que era inteligente y rápido tanto mental como emocionalmente.

Sus días eran o jugando a la play con amigos y su primo, una pachanguita de baloncesto con los amigos o encandilar a la gente con sus comidas y cenas... le encantaba comer pero también cocinar y crear nuevas recetas. Eso sí, siempre con una cervecita bien fría y de fondo el tocadiscos con uno de sus favoritos «Kings of Leon», «Paolo Nutini» o «Çantamarta».

Sergio es sinónimo de buena comida y buena música (con un gusto un poco melancólico), nos descubría grupos, como él diría, 'espectaculares'.

Sergio amaba diseñar, crear e imaginar y era buenísimo en su trabajo donde encontró una manera de crecer y evolucionar tanto profesional como personalmente. Adoraba su trabajo y sus compañeros se convirtieron en familia. Ese era su superpoder, crear grupo y ese sentimiento de unión más allá de un horario o un contrato.

Lo mismo pasó en la universidad. Sus compañeros fueron amigos y luego se convirtieron en hermanos que se unieron a sus amigos de Valladolid desde el colegio y todos formaban un grupo increíble donde el común denominador era Sergio.

Yo, como hermana, puedo decir que es el mejor hermano del mundo. Sus abrazos siempre han sido mi lugar seguro y su altura, un mundo diferente. Siempre hemos estado orgullosos el uno del otro y verlo crecer ha sido mayor satisfacción que mi propio crecimiento. Para mis padres siempre ha sido el pequeñín (de casi 2 metros de altura) y lo seguirá siendo siempre… Era el niño perfecto, el que apaciguaba las aguas, nos hacía reír en todo momento y el sensato de la familia.

Pero nuestras vidas cambiaron para siempre cuando un 24 de febrero a las cinco de la mañana. Un desalmado decidió acabar con la vida de mi hermano y la nuestra se convirtió en un infierno en vida eterno… Mi padre, mi madre y yo seguíamos ignorantes creyendo que nuestra familia seguía teniendo tiempo, sentido y vida… Sergio siempre ha sido, es y será un chico alegre feliz e inocente y así se fue de nuestro mundo, alegre y feliz de estar disfrutando tiempo con sus amigos.

Toda la vida he defendido y luchado por mi hermano porque él era demasiado bueno para este mundo…. Así que ahora lo voy a hacer más que nunca. Tanto mis padres como yo pedimos justicia para Sergio, pedimos que no caiga en el olvido, que el culpable pague por lo que ha hecho y que no vuelva a ocurrir nunca más que un joven de 32 años deje de tener tiempo para vivir porque otra persona decida que tiene derecho a acabar con él para siempre y para los que le amábamos con todo nuestro ser.

Doy gracias a la familia y a los amigos (que son otra familia de Sergio) por el apoyo que nos están dando para sobrevivir a esto, a su pareja porque es una extensión de Sergio que nos hace sentirle muy cerquita.

Y gracias de todo corazón a la Mutua Madrid Open por todo el apoyo, la visibilidad y el continuo homenaje a Sergio que nos ayuda a coger aire para seguir luchando y viviendo por él«.