Medvedev doma la tierra batida y se corona en Roma

La arcilla era la gran asignatura pendiente en el deber de Medvedev. La dificultad de adaptación y los factores incontrolables en esta superficie, a menudo desquiciaban al ruso y la hacían imposible progresar en la temporada de tierra batida. Pero eso ha cambiado. Su título en Roma puede implicar un punto de inflexión en su relación con la arcilla. El siguiente reto será Roland Garros, al que acude como número 2 del mundo y unos de los grandes favoritos. Por su parte, el danés, con tan solo 20 años, ha firmado un torneo sensacional y afronta la cita parisina como uno de los jugadores a tener muy en cuenta.

El primer protagonista de la final fue el que ha sido uno de los actores más relevantes durante las dos semanas de torneo: la lluvia. Tras provocar tres horas de parón en la semifinal entre Medvedev y Tsitsipas, la última ronda empezó con una hora de retraso debido a las inclemencias meteorológicas. Una vez arrancado el encuentro, el agua no volvió a asomar por el cielo romano y permitió a los espectadores que llenaron el Foro Itálico disfrutar de un partido ininterrumpido.

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Desde los primeros juegos, Rune se encontró más cómodo en pista y manejando mejor la escena. Medvedev fue de menos y más. El ruso arrancó con menos fluidez de la que venía mostrando pero, a medida que fue encadenando 'passings' ganadores y levantó dos bolas de break en contra, pudo igualar el dinamismo del danés. En un ejercicio de máxima efectividad, Medvedev aprovechó su única opción de rotura, que llegó en el último punto del parcial, para adjudicarse el primer set (7-5).

A Rune no le pasó factura haber cedido la primera manga. A las primeras de cambio, rompió el servicio de su rival, sacando a relucir el jugador que había sido capaz de eliminar a Djokovic en cuartos de final pero que no se había presentado todavía en la final. Con secuencias de golpes cruzados y paralelos a una velocidad vertiginosa, el danés fue encontrando la manera de contrarrestar al ya número 2 del mundo.

Medvedev volvió a igualar la contienda con un break que dejó el marcador empatado a dos juegos, pero el joven danés tenía una marcha más respecto al inicio de partido. Rompió el saque del ruso para poner el 4-3 dispuso de su servicio para cerrar el segundo set. Pero el ganador de un Open de Australia no había dicho su última palabra. Se sobrepuso a la superioridad de Rune en el resultado y, con dos breaks consecutivos, se llevó el segundo parcial (7-5), el partido y el torneo.