Tenis
¿Quién frena a Djokovic? El tenis otra vez en manos de Nadal
El serbio se muestra intratable en pista dura y reta en todas las superficies con pocos que le planten cara
Djokovic reactiva la rivalidad con Nadal con Roland Garros como próximo escenario de la batalla
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Iniciar sesiónEl título 22 de Grand Slam de Novak Djokovic evidenció una de esas características exclusivas de los grandes de cualquier deporte que ni se entrenan en la pista ni se consiguen por genética: la adaptación. Supo volar en el primer set, defenderse en el segundo ... y aguantar con una marcha más en el tercero. Responder a las estrategias de Stefanos Tsitsipas y hacerlo con una propuesta mejor. Saben guardar el cuerpo y mantenerlo a un nivel del 60, 70 o al 80%, no más, si no lo necesitan, y empujar hasta el 90 o el 100% si se lo exigen.
Lo rodea en este inicio de año esa aura de imbatibilidad que lo acompañó en 2011 (10 títulos) y 2015 (11), y que presagia otra época bajo su mando. Son 12 triunfos consecutivos en este 2023, y 17 desde que perdiera con Holger Rune en la final del Masters 1.000 de París-Bercy. Se pregunta el personal si con 35 años, con este tenis, con esta ambición - «No quiero parar aquí, me siento genial», dijo tras la final- y esta capacidad de superación que mostró en Australia hay alguien que lo pueda parar. Y no se encuentran muchas respuestas.
«Tsitsipas me ha encantado, ha jugado a un muy buen nivel. Su revés ha funcionado, se ha atrevido, ha sacado muy bien y todo el rato que ha podido coger la derecha lo ha hecho. Excepto cuando se lo ha impedido Djokovic», analiza para ABC Jordi Arrese, plata olímpica en Barcelona 92. Esa última frase resume el sentir de los rivales cuando se lo encuentran en este estado de gracia. Y suele ser muchas veces en pista rápida. Son diez coronas en Australia y tres en el US Open -y otros 54 títulos en esta superficie-, líder en victorias en Grand Slam con un 89% de efectividad (170 triunfos por 21 derrotas), por delante de Federer (86'8%) y Pete Sampras (86'6%).
Fue un grandísimo Tsitsipas que no le arañó un set, como tampoco Rublev, ni Medvedev en el torneo de Adelaida. Contra jugadores del top ten también es líder, 69%, frente al 64% de Federer y Nadal. «Tiene un tenis sin fisuras. Su consistencia y sus golpes empujan al rival a jugar a un nivel por encima de sus posibilidades e imposible de sostener en el tiempo», analiza Anabel Medina, capitana española de la Copa Billie Jean King. «Djokovic tenía muchísima presión por igualar a Rafa y en algún momento no ha jugado tan directo, ha perdido un poquito de pista y ha tenido algo de dudas. Cuando ha jugado más dentro de la pista, aunque el partido estuviera igualado, se notaba que lo tenía bajo control», añade Arrese, ahora analista en Eurosport, plataforma que ha emitido en exclusiva este primer Grand Slam del año. Cuando Djokovic toma el control, pocos pueden hacerle frente.
«En números, a día de hoy, el único que le puede plantar cara es Rafa Nadal. Por eso, Roland Garros va a ser muy emocionante, porque para ellos cada Grand Slam cuenta como si fuera el último. Es territorio Nadal, pero dependerá mucho del estado físico de los dos. Y ahí Djokovic es un atleta, ágil, elástico, resistente y rápido», añade Medina. «Batir a Djokovic lo puede batir Rafa. O alguien que juegue muy duro, muy dentro, como puede ser un Carlos Alcaraz o un Holger Rune, pero pocos jugadores más. Y aun así, si Djokovic juega a su mejor nivel, estos no lo pueden batir. Y menos a cinco sets. Físicamente es un portento, está muy preparado y una cosa es ganarle dos sets y otra cosa es ganarle tres. En París siempre es favorito Rafa, pero después, en Wimbledon y en el US Open, Djokovic siempre estará un poquito por encima», completa Arrese.
Ambos destacan la faceta física, pero apuntan también otra: la emocional. «La ambición que tiene es algo muy suyo. Quieren batir récords, como le pasa también a Rafa», dice Arrese. «A nivel mental su ambición es tremenda. Ser los mejores los empuja a querer más y más. Son leyendas de este deporte, pero buscan ser únicos», incide Medina. «Y porque tienen un amor y una pasión por nuestro deporte que los lleva más allá. Los números, el ranking, la historia que tienen detrás los empuja a seguir comprometidos con ellos mismos. No juegan por la historia, juegan por ellos, pero ven que hay un reflejo en la historia», añade Álex Corretja.
En ese proceso están los dos, con la mayor rivalidad de este deporte en el circuito masculino (59 choques, 30-29 para Djokovic), y cuyos capítulos paralizan el resto del torneo. Nunca uno igual que el anterior, siempre eléctricos porque hay más en juego que un simple resultado. «Los dos son conscientes de que cuando juegan el uno con el otro tienen que sacar algo que no habían sacado en el anterior partido. ¿Cómo puede ser? A lo mejor un día es empezar más jugando con la derecha, otro es jugar más lento, otro jugando más rápido, sacando más al cuerpo... Hay una serie de variables que ellos todavía buscan para sorprenderse mutuamente», prosigue Corretja. «Solo él y Rafa pueden decir qué se siente con 22 Grand Slams, para los humanos es una tarea imposible», resume Arrese. «Son unas mentes privilegiadas, pero unos trabajadores incansables», explica Corretja.
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