La fórmula de Alcaraz antes de Medvedev: optimismo, cautela, Eurocopa y golf

No ha llegado hasta aquí el murciano sobre la hipótesis de los 'ojalá' sino con mucho esfuerzo en cada ronda de este Wimbledon en el que ha sufrido, se ha desconectado, ha sabido reaccionar y ha prevalecido por mucho que los rivales lo atacaran y hasta rozaran la esperanza de que podrían hacer algo grande. Solo duraba un instante antes de que Alcaraz la apagara a cañonazos, a dejadas, a saques directos. A ese jugar con menos brillantez quizá, pero con la capacidad de reencontrarse para encontrar la salida. Así, hay datos e intangibles que dejan estos diez días para que haya espacio para el optimismo, envuelto en cautela, y así lo refleja de palabra el entrenador del murciano, Juan Carlos Ferrero: «Nosotros vemos mucho más los peligros, pero creo que las sensaciones han ido de menos a más en el torneo, con jugadores complicados como Frances Tiafoe y Tommy Paul. Sobre todo porque ha sido capaz de solucionar los problemas que le han ido surgiendo. A nivel de tenis ha ido de menos a más y ahora se encuentra tocando la pelota muy bien», resume sonriente y relajado ante el reducido grupo de enviados especiales. Optimismo.

No obstante, el ruso impone cierto respeto: se le ganó aquí en las semifinales de 2023, pero sorprendió dos meses después en el US Open: «Eso dice mucho de él. Creo que las derrotas no le afectan, sino que le sirven para mejorar. Los partidos previos influyen; vas conociendo las fortalezas y las debilidades del rival. Sabemos cómo hay que intentar jugarle, pero todos los partidos son diferentes; este no será igual». Y pone Ferrero una línea roja cuando se le señala que desprende Alcaraz un aura muy parecida a la de 2023, que acabó con el trofeo en sus manos: «Tenemos que intentar no pensar en el título. Todavía queda muy lejos. Sería un error por parte de Carlos, y de todos. Medvedev se ha ganado el respeto; ganó a Sinner, que siempre decimos que es casi imbatible en hierba por su estilo de juego. Carlos tiene un estilo diferente, que le puede hacer un poquito más de daño. Pero tenemos que estar concentrados el máximo y con las máximas precauciones». Cautela.

Ferrero alaba los datos de su pupilo, que, con 21 años, ha alcanzado todas las semifinales de Grand Slam que él logró en su carrera, seis. Desde el US Open 2022, su primer título grande, solo ha caído antes de esa ronda en Australia 2024 (cuartos ante Alexander Zverev). «Me lo dijo: 'te tengo ahí, ¿eh?'. Y ya le contesté: 'tú pásame'», se ríe el valenciano. «Es un buen dato -aceptaba también Alcaraz tras ganar a Tommy Paul-, me dice que estamos en el camino correcto. Pero tenemos hambre de más. Queremos el dato de las finales». Y ahí se pone serio Ferrero para atajar la euforia que desata su pupilo. «Son datos muy importantes, pero hay que ir día a día. En el US Open habrá que volver a generar todo para intentar llegar a esta ronda. Lo más importante es que él tiene un nivel natural muy muy alto. En partidos a cinco sets la gente tiene que jugar partidos muy buenos para ganarle si él está a un nivel normal. Eso da confianza, pero aquí no hay nada automático. Podemos ver el ejemplo de Marc Márquez que pasó de ganarlo todo, se lesionó, y ahora lleva casi mil días (992) sin ganar; luchando por volver, aunque es fuera de serie absoluta», recuerda Ferrero, muy aficionado a las motos y amigo de Sete Gibernau.

Motivación no falta en el equipo, por resultados y por esa comunión y buen ambiente en la casa que comparten a diez minutos andando del All England Lawn Tennis Club. Ha ayudado la Eurocopa. Alcaraz ha estado en contacto permanente con Álvaro Morata para desearse suerte mutuamente. «Nos ha venido muy bien. Ayer [el martes] estábamos todos en casa, con la familia de Carlos, celebrando la victoria». El viernes, la selección de fútbol espera hacer lo propio con Carlos Alcaraz.