España resiste la ausencia de Alcaraz

No fue fácil. La eliminatoria comenzó con un largo y tortuoso partido en el que Albert Ramos derrotó en tres sets a Laszlo Djere, que se ganó una plaza en los individuales pese a ser el teórico número tres serbio (número 66 del mundo). Decidió a su favor su buen estado de forma. A finales de agosto, Djere fue finalista en Winston Salem y en el US Open exigió a un top ten como Andrey Rublev hasta llevarle a un agónico quinto set. Ayer salió en ese mismo plan arrollador ante un Ramos al que le costó hacerse al sintético instalado en La Fonteta. Dos roturas consecutivas en el tercer y quinto juego resultaron decisivas en la suerte de esa manga inicial. Entre medias, el español tuvo su única una opción de rotura, que desperdició. Ramos reseteó en el banquillo, donde Sergi Bruguera no se cansaba de darle instrucciones. Con altos y bajos, mejoró lo suficiente para ir alargando el partido. Rompió por primera vez el servicio de su rival... para justo a continuación ceder el suyo en blanco. Así se llegó a un 'tie-break' igual de equilibrado que acabó decantándose del lado local.

Djere volvió a subir una velocidad en el inicio del set definitivo. Se puso 3-0 y Ramos entró en situación crítica. El físico, sin embargo, jugó a favor del español. Djere empezó a sufrir calambres y bajó dramáticamente su nivel. Dos juegos en blanco y su segunda rotura del partido le devolvieron el pulso al español, que encontró su oportunidad definitiva con el 5-5. Una nueva rotura y un juego en blanco acabaron por darle la victoria en casi tres horas de juego.

Amarrado ese primer punto fue el turno de Roberto Bautista, en el duelo de números uno ante Miomir Kecmanovic (33 del mundo). Se siguió el mismo derrotero que en el partido anterior. Una hora y ocho minutos fueron necesarios para que el castellonense atrapara el primer set en el 'tie-break'. Kecmanovic resultó igual de correoso como su compañero, y cuando ya parecía desahuciado en la segunda manga apretó los dientes y volvió a llevar a Bautista a otro 'tie-break' agónico resuelto, de nuevo, a favor del castellonense . El primer punto, tal vez el más difícil (Serbia fue semifinalista el año pasado; con Djokovic, eso sí) era una realidad. Marcel Granollers y Pedro Martínez certificaron el tercer punto tras derrotar en el partido de dobles a Lajovic y Cacic.