España se clasifica para la fase final por la vía rápida

Roberto Bautista encarriló la clasificación ganando su punto ante Seong Chan Hong, al que no dejó opciones evidenciando los 446 puntos ATP que les separan. La bastó una hora y once minutos al español, que encadena tres años sin perder en la máxima competición por países, y suma ya 13 partidos ganados. Aunque Hong estuvo a punto de sorprender el martes al canadiense Vasek Pospisil, no tuvo opciones ante Bautista, que le rompió el saque en sus dos primeros servicios para cerrar el primer set con un rotundo 6-1 y lo propio en el segundo para ganar el partido con un 6-3.

Sobre Carlos Alcaraz recaía la posibilidad de lograr el punto definitivo. Enfrente Soonwon Kwon, que instalado en el puesto 74 del ranking tenístico, es el único jugador coreano en la élite. Mucha diferencia, igualmente, con el murciano, mucho más recuperado tras su maratón en Flushing Meadows y su viaje transoceánico para estrenar en la Fonteta de Sant Lluís su recién conquistado número uno mundial. Acusó el trajín ante Felix Auger-Aliassime pero ante Kwon ya volvía a ser Carlos, el Carlitos de siempre.

El choque fue más igualado que el primero pero Alcaraz de armó de paciencia y peleó todos los puntos. Uno a uno. Sólido en su servicio, el murciano logró romper la segunda tanda de servicios del coreano para colocar un 3-1 en el electrónico, que certificó ganando el siguiente juego. Pero no hay éxito sin sufrimiento y más cuando se carga con el peso de la mochila del éxito. Eso explica la reacción del asiático capaz de romperle el servicio al español cuando este se disponía a cerrar la primera manga. El deseado 6-3 estuvo a punto de dejar paso al 5-5 pero sacó su raza Alcaraz para salvar dos bolas de juego y volver a romperle el servicio a Kwon. Un punto que valía el primer set.

Todo lo bien que acabó la primera manga se giró al comienzo de la segunda. Rápido break de Kwon para mandar en el marcador y soñar con alargar el partido, aunque quedaba un mundo. No encontraba Alcaraz la regularidad necesaria para ir encadenando puntos y se crecía el coreano, que no tenía nada perder y mucho a ganar. Jugar ante el número uno siempre es un escaparate. Ponía el surcoreano el 1-3 y trasladaba toda la presión a Alcaraz, que debía mantener su servicio. Y el murciano reaccionó con un juego en blanco. No hay nada peor que provocar a un campeón y Kwon había hurgado en el pundonor de Alcaraz, ante su gente, en su casa. Necesitaba el español encontrar las debilidades de su oponente, al que le salía todo. No dejó Alcaraz que le entraran las dudas. Cada punto perdido era una motivación, cada punto ganado una celebración. Igualó el parcial (4-4) con una ruptura que no afectó psicológicamente al coreano, dispuesto a amargarle la tarde al murciano, exigiéndole en cada punto. Así llegaron al tie break. Pero ahí se desfondó Kwon. Alcaraz, con cinco puntos de partido y su servicio no tuvo ya problemas para meter a España en cuartos de final.