Djokovic, en manos de Sinner

Tenía ganas Novak Djokovic de demostrar que había llegado más fresco que nadie a estas ATP Finals. Sobre todo, más fresco que todos lo que acompañan en este torneo, aunque tuvieran, como Rune y Alcaraz, 16 años menos que él. Pero se ha topado con que ya no hay tanto respeto por su palmarés y los jóvenes han encontrado alguna forma de hacerle daño. Lo hizo Sinner el martes, imperial el de San Candido tanto por tenis como por mentalidad, sin dejarse engañar con los mil trucos de Djokovic, ni siquiera cuando apeló al público, sin dejarse vencer por el cansancio (tres horas y 9 minutos), sin dejarse vencer por el desánimo a pesar de que el rival iniciaba la remontada.

Hubert Hurkacz, por ejemplo, aunque no consiguió el propósito de la victoria, también encontró la manera de despistar un segundo al serbio, atrapado en un juego horrible, y ganarle el segundo set. No pasaría nada en cualquier otro torneo, pues después Djokovic revirtió la situación. Pero la Copa de Maestros es especial hasta para esto, pues no solo cuentan las victorias y las derrotas, sino en cuántos sets se producen. Al tener el serbio un balance de un triunfo (ante Rune) y una derrota (ante Sinner), perder el segundo set ante Hurkacz lo pone en manos de Sinner, pues si el italiano pierde ante Rune, el número 1 del mundo quedaría eliminado del torneo que quería conquistar por séptima vez.

No deja de ser curioso que Hurkacz, el culpable de poner al serbio al borde de la eliminación, debía de estar estos días ya de vacaciones, pero su buen rendimiento este año (dos títulos) lo dejaron en la lista de reserva de estas ATP Finals, y la suerte (buena para uno, mala para otro) quiso que Tsitsipas llegara lesionado y tuviera que darse de baja tras el segundo partido. La incursión del polaco, que tenía todas las papeletas para ser un mero trámite, acaba siendo definitivo para el porvenir del número 1.

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Fue apenas un despiste, un apagón, tres errores no forzados y una doble falta en el noveno juego, después de haber cumplido con el guion en el que suelen empeñarse el serbio y el polaco: de seis citas, seis triunfos para el primero, con cuatro tie breaks disputados, todos a favor de Djokovic, aunque Hurkacz llevara un 4-1 de ventaja. Y ese noveno juego lo cambió todo. Porque ante cualquier otro jugador se puede uno labrar opciones para recuperar esa desventaja, pero ante el polaco siempre es muy complicado, pues tiene un saque descomunal que en esta pista todavía multiplica su velocidad (24 saques directos). "Nos gusta Hurkacz como persona, pero no tanto como jugador, es un fastidio hacer frente a su servicio. Es muy difícil responder a sus saques, tienen mucha altitud y es una gran ventaja para un jugador como él. He tratado de aprovechar las oportunidades con su segundo. Hoy ha sacado increíble, aunque ha sido una buena victoria", concedió el de Belgrado.

La victoria, que también se presagiaba porque a Hurkacz le suele entrar el bajón mental conforme pasan los minutos (6-1 en el tercero), no dice nada en los números de Djokovic, pues el balance de sets de sus rivales por la clasificación es superior a la suya. «Sinceramente no creo que esté pendiente del partido esta noche. Mi trabajo aquí está hecho, así que estaré con la familia. Mañana ya pensaré si estoy clasificado o no», concedió el serbio después del partido cuando le preguntaron si estará pendiente del Sinner-Rune que decidirá su futuro en el torneo.