Djokovic y Kyrgios, de enemigos a ser la nueva pareja de moda

El que fuera catalogado como el chico malo del tenis reaparece en su tierra en este inicio de curso con el serbio, que intentará en este 2025 recuperar la senda de los títulos toda vez que dedicó su 2024 al gran objetivo de su carrera: lograr el oro olímpico. El australiano y el serbio han ido acercándose en los últimos años, aunque durante un tiempo estuvieron en los dos extremos. En 2019, el de Canberra criticó el estilo de Djokovic, su celebración de hacer como que entrega el corazón a los aficionados, y a quien también le dedicó un «hipócrita» por no expresarse libremente, sino utilizar el discurso que creía que el público quería oír para ganarse su favor. «Quiere ser como Federer. Se está volviendo vergonzoso». También tuvieron sus más y sus menos a causa del coronavirus, toda vez que Kyrgios criticó duramente la realización del torneo Adria Tour que ideó el serbio y que acabó con varios contagiados. «Djokovic, Zverev y Thiem piensan que el coronavirus es una broma; están de fiesta durante una pandemia mundial, mientras mueren nuestros familiares». Pero se fue suavizando la relación a raíz de la polémica que envolvió al tenista serbio cuando fue deportado de Australia tras intentar entrar en el país sin la vacuna contra la Covid-19 y sin los papeles que justificaran su exención. «Lo están tratando como si fuera un arma de destrucción masiva. Solo es un tenista, no molesta a nadie. El tratamiento que se le está dando es vergonzoso», lo defendió con todo.

Roces y críticas que parece haberse quedado más que enterrado viendo la complicidad y las risas que compartieron en el partido, sirviendo de espectáculo a los aficionados de la Pat Rafter Arena que disfrutaron con el tenis explosivo de ambos.

«Quiero agradecer a Nick el haber aceptado jugar. Dijo hace unos días que sería un placer jugar con él, y así ha sido. Estoy muy contento de compartir la pista con él en su regreso al tenis. No he jugado muchos partidos de dobles en los últimos cinco años, así que en cuanto lo dijo Nick, lo seguí», señaló Djokovic.

El australiano, siete títulos en su haber (Marsella, Atlanta y Tokio en 2016; Brisbane en 2018; Acapulco y Washington en 2019, y Washington en 2022), ha estado 18 meses fuera del circuito debido a diversas lesiones: rodilla, pie y muñecas, pero mostró que está listo para el regreso en su actuación con Djokovic y su supersónico saque está intacto. «Solo estaba mirando a mi alrededor, a todos los aficionados, a esta hermosa pista. Me encanta la energía. Esta lesión ha sido brutal... No sé cuántos veranos australianos me quedan. Estoy muy feliz de estar de regreso aquí. Prometimos que haríamos esto una vez antes de que él [Djokovic] o yo nos vayamos. Así que me alegro de que sigamos vivos en el torneo»

«Me sorprendió que dudara de sí mismo un poco en algunos momentos. Es como 'tío, eres el mejor de todos los tiempos, ve a por ello y haz lo que tengas que hacer'», decía Kyrgios sobre su nueva pareja de dobles.

Juntos disfrutaron y celebraron cada punto, sobre todo los más inverosímiles en los que ellos son maestros. Como el 'willie' que convirtió Kyrgios en el segundo set, aunque Erler y Mies pudieron atajarlo y forzar el 'tie break' de desempate.

Fue Djokovic quien lideró esos últimos puntos con un buen juego de servicio, y Kyrgios quien remató la victoria con un saque directo. La pareja de moda en este inicio tenístico de 2025.

Jordan Thompson ganó a Matteo Berrettini por 3-6, 6-3 y 6-4; Grigor Dimitrov, a Yannik Hanfmann por 7-6 (5) y 6-3; Jiri Lehecka, a Holger Rune por 7-5 y 6-3. En el cuadro femenino: Naomi Osaka venció a Lina Glushko por 6-4 y 6-4.