Tenis
Un Djokovic enrabietado doblega a un guerrero Davidovich para alcanzar los octavos
En otra jornada con mucho viento, el español volvió a poner en apuros al serbio, que sacó la rabia contra la grada y la victoria tras tres horas y 35 minutos (7-6 (4), 7-6 (5) y 6-2)
Batacazo de Sinner en cinco horas y media; horizonte más despejado para Alcaraz
Djokovic celebra la victoria ante Davidovich
Si en los últimos veinte años apenas un puñado de jugadores que no fueran Federer, Nadal y Djokovic han levantado un Grand Slam se explica un poco en el partido que ha jugado el serbio ante Alejandro Davidovich, 23 años y 34 del mundo. El ... español lo ha peleado todo y ha creado mil problemas al serbio, que no estaba ni en su mejor momento ni en su mejor día. Y a pesar de todo, es Djokovic quien disputará los octavos de final de Roland Garros.
Roland Garros
|
|
7 | 7 | 6 |
|
|
6 | 6 | 2 |
La diferencia no está tanto en el tenis, tan poderosos ahora los jóvenes como lo eran los coetáneos del 'big three'. Es otra cosa, intangible. ¿Qué? Es lo que se preguntaba el español, que ya le ganó en la primera ronda del Masters 1.000 de Montecarlo el año pasado, y que es capaz de mover a Djokovic de lado a lado, de engatusarlo con las dejadas al inicio del primer set, de aguantar los arreones y de desequilibrarlo hasta que el número 3 del mundo ha perdido la confianza en sus golpes. De mantenerlo a raya en el lado a favor del viento, de provocarle innumerables errores, hasta de tener un set point al resto en el segundo set.
¿Qué? Un gen inexplicable. Una capacidad extraordinaria para aguantar al rival, aguantarse a uno mismo y ganar por convicción cuando todo lo demás no sale. Como diría el gran ausente de este Roland Garros, creer que puedes, seguir ahí para tener otra oportunidad.
Sin derecha, Djokovic es menos Djokovic. Sin saque, se minimiza aún más su potencial. Sin restos ganadores, es la sombra de Djokovic. A la mitad del primer set, el serbio sumaba el doble de errores con el drive que su rival. A la mitad del segundo set, el serbio apenas había ganado 8 de 30 puntos con segundo servicio. Y había acumulado seis dobles faltas, algunas en momentos tan peligrosos como para regalar un break y permitir al español saque con 6-5.
Hubo gritos, enfados, gesto serio, incomodidad. Pero el serbio tenía ese as en la manga que lo ha llevado a los 22 Grand Slams, a las 387 semanas como número 1, a ser el mejor por números. Incluso cuando va por debajo en el marcador, su lenguaje no verbal lo delata. Enrabietado consigo mismo, que paga su palco y la grada, ya sabes que tiene preparado ahí el as, escondido, y que lo sacará en cualquier momento.
Lo sacó en el tie break del primer set y del segundo. Tras dos parciales que se fueron a los 90 y los 83 minutos cada uno. Fue una derecha de más que saca en el último momento, es un revés que le va al ángulo y un servicio que por fin acierta a impactar en la línea después de errar los ocho anteriores.
Y va ganando terreno físico y moral. Si en los primeros compases era Davidovich quien ganaba los puntos más largos, fue acortando esa efectividad el serbio, hasta hacerse dueño de todos los intercambios y escogiendo el ritmo a su antojo en el tercero. Hacer como que sí te da, pero en realidad te está quitando, aunque el español siguiera ahí, creyendo y haciendo creer. Es solo una ilusión.
Incluso cuando ves que pide tiempo médico para ponerse hielo en la zona abdominal y que le traten la pierna izquierda y parece hundido es solo una ilusión. También lo delata ese aplauso ante los pitos.
Un Djokovic gris y al trompicones gana con ese intangible los dos primeros sets ante un Davidovich que empieza a notar el paso de los minutos y ve cómo ya no hay ni molestias ni dobles faltas al otro lado de la red. Sigue habiendo algún error, mucho viento, pero ya hay sonrisas en el serbio, aunque irónicas. Pero en el marcador es un 4-1 a favor. Y a Davidovich no le queda nada en la recámara. Todo lo contrario que a Djokovic, que parece más alto y más fino, como si el partido estuviera a punto de empezar y no se hayan peleado de lo lindo tras tres horas y media.
¿Por qué ha ganado Djokovic? Porque es Djokovic. En Grand Slam.
«Es un competidor y un luchador increíble. No tiene debilidades en su juego. Lo felicito por el partido. Han sido tres horas y media en tres sets», alabó el serbio al español tras la victoria. «Un triunfo es un triunfo. Quizá ha sido demasiado. Si pierdo el segundo, creo que hubiéramos jugado cinco horas. Pero tienes que estar preparado para este tipo de partidos. Esto es un Grand Slams. Esto son los cinco sets. Esto es creer en ti mismo».
Ver comentarios