Djokovic cumple en el estreno ante Herbert con una efectiva función de noche

Se atendía expectante a su llegada a París, porque su desempeño en los últimos meses dejaba muchas dudas por resultados. Sin títulos hasta ahora en un 2024 atípico para él, admitía en la previa que llegaba con «expectativas bajas, pero grandes esperanzas». Pero es Djokovic ese animal competitivo que se transforma en las grandes citas, las que le importan a él, las que lo pueden impulsar todavía un poco más en lo más alto de la historia del tenis. Pero siempre hay que pasar por una primera ronda que apetece menos, porque no hay glamur ni premio, una obligación por la que hay que transitar si no se quiere convertir el sueño en una pesadilla.

Así que Djokovic se pone serio, sin forzar, pero sin dejar que el francés se envalentone con el público a favor. Consigue mantener la calma en el primer set, con un break que le permite ponerse por delante durante los 32 minutos que dura ese primer parcial; pero en el segundo el francés se revuelve, incomoda al serbio, que no está ofreciendo todo su esplendor, pero le valía con eso hasta que pierde su saque y tiene que forzarse un poco más para alcanzar el tie break.

Ante el peligro, claro, los mejores puntos de Djokovic, que enseña puño y orgullo cuando logra llevarse un punto de más de 25 intercambios con el que se pone por delante en la muerte súbita, 3-0, y empequeñece a Herbert.

No es el Djokovic de las mejores rondas porque todavía se está encontrando. Pero, a pesar de que el francés se esfuerza en un tercer set en el que consigue mantener firme su muñeca y su saque, y a pesar de que los gestos del serbio son taciturnos y poco expresivos, camina por la Chatrier con seriedad y orgullo, con ese semblante de que es superior, solo que el rival todavía no lo sabe, que es superior, aunque no tenga que firmar un 6-0, 6-0 y 6-0. Por el momento, le vale con esta versión sin brillanteces, pero resolutivo. Que es la primera ronda y queda mucho por delante. Lo que le interesa, lo que anhela, y basta para empezar con una función de noche efectiva y sólida. Ya llegarán los brillos.

Paula Badosa sí que brilló en la noche parisina. Se trabajó una victoria de las que dan confianza ante Katie Boulter por 4-6, 7-5 y 6-4, después de esperar toda la jornada, pues su partido estaba programado sobre las 15 horas, pero no empezó hasta las 21.00, noche casi cerrada ya en París, y con cambio de pista.

La española comenzó muy fuerte, con un break en el cuarto juego del partido y hasta tuvo dos bolas para sumar el 5-2. Sin embargo, le llegó un bajón de confianza en sus golpes y falló los veinte siguientes puntos, lo que impulsó a la británica hasta recuperar el break perdido, atrapar el set y ganarse una rotura en el primer juego del segundo set.

La española, que llegaba con confianza y resultados después de cuatro buenos encuentros en Roma, cambió el semblante, activó las piernas y la agresividad y transformó todos los errores en aciertos para darle la vuelta al marcador y acribillar a la británica con derechas profundas que la movían de lado a lado.

Si hubo algún problema físico, se olvidó con un tercer set todavía más seguro, aunque sí que Boulter consiguió opciones para volver a desequilibrar el choque a su favor, la española se mantuvo firme, mucho más entregada en la recta final y con el apoyo de un buen número de seguidores españoles.

El grito al cielo al terminar liberó a Badosa de toda la tensión acumulada, de ese final de primer set que le complicó tanto el resto del encuentro, pero también de reivindicación. Después de un año sin ritmo ni continuidad a cuenta de la lesión en la espalda que se produjo por estas fechas el año pasado, Badosa se impulsa en la noche parisina y suma confianza después de dos horas y 18 minutos. Roland Garros empieza con fuerza, valentía y fe.

En la jornada del martes también alcanzaron la siguiente ronda Holger Rune, que venció a Daniel Evans por 6-4, 6-4 y 6-4; Casper Ruud, superior a Felipe Meligeni Alves por 6-3, 6-4 y 6-3; Elena Rybakina, que ganó a Greet Minnen por 6-2, y 6-3. También ganaron Alejandro Davidovich, que, con Fernando Verdasco como nuevo entrenador, se deshizo de Valentin Vacherot por 4-6, 6-2, 6-2 y 7-6 (2); Jaume Munar, que ganó a Roberto Bautista por 6-1, 4-6, 6-4 y 6-1; Roberto Carballés, al vencer a Constant Lestienne por 6-3, 7-5, 4-6 y 6-2. Perdieron Irene Burillo, ante Moyuka Ujichima (6-1 y 6-1) y Pablo Carreño, ante Mariano Navone (5-7, 6-1, 6-3 y 6-0).

El miércoles 29 de mayo, turno de Carlos Alcaraz, contra Jesper de Jong, sobre las 13.30 en la Philippe Chatrier,; de Pedro Martínez, contra Andrey Rublev, sobre la 16.00 horas, en la Suzanne Lenglen, y de Cristina Bucsa, contra Elisabetta Cocciaretto, último turno de la pista 6, sobre las 18 horas.