Djokovic, ante la oportunidad de redimirse en un Montecarlo sin Nadal

Ausente por la prohibición de viajar a Estados Unidos por no estar vacunado contra el coronavirus en los Masters 1.000 de Indian Wells y Miami, explica que ha tenido más tiempo para preparar su aterrizaje en Montecarlo, un torneo que no se le ha dado especialmente bien en los últimos años aunque sí que ganó en 2013 y en 2015. «No he tenido mucho éxito aquí en las últimas temporadas. No jugué un buen tenis, así que espero que este año pueda empezar mejor la temporada de tierra», admitía el serbio.

A pesar de las dudas propias de quien ha estado un mes sin competir y aterriza en una superficie que le es algo menos propicia que la pista dura, es el principal favorito para esta edición del torneo monegasco. Llega como número 1 tras arrebatar el sitio a Carlos Alcaraz, que no pudo defender corona ni trono de la ATP al caer en semifinales en Miami, y, además, no están en el cuadro ni el murciano ni el máximo favorito siempre que empieza la primavera tenística: Rafa Nadal, todavía convaleciente de la lesión que se produjo en el psoas-ilíaco en enero. «La baja de Nadal es una gran pérdida para el torneo y también para el tenis. Rafa es, de largo, el tenista más exitoso en una pista de tierra de la historia. Pero es una oportunidad para los demás de llegar lejos en un torneo como este», admitía Djokovic.

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Pero este Montecarlo es solo un punto en el que calibrar el nivel y lo que necesita para llegar a su objetivo mayor: ese Grand Slam 23 que peleará con Nadal en el jardín del español. «Empezar bien aquí podría ayudarme a construir y mejorar mi estado de forma conforme se acerque París», zanjó.

Djokovic debuta este martes 11 de abril contra Ivan Gakhov, jugador proveniente de la previa.

También una tercera corona quiere Stefanos Tsitsipas, campeón en las dos últimas ediciones. El griego juega en casa, residente en el Principado, y con una gran comunidad que lo apoya. «Quiero ganar tres títulos. Pero no voy a pensar demasiado en ello. Me siento renovado por poder volver a jugar en tierra batida. Estoy disfrutando del hecho de haber ganado este torneo dos veces. Me siento bien jugando aquí, me siento bien delante de mis seguidores. Los monegascos me han mostrado su cariño y apoyo, y los aficionados italianos y franceses. También la comunidad griega. Están aquí y conozco a la mayoría», admitía.

Está feliz en la tierra, en la que ha cosechado hasta una final en Roland Garros (perdió con Djokovic), y de la que admira la táctica que se desprende de jugar en una superficie en la que los puntos son más largos: «Me gusta mucho el análisis táctico del tenis sobre tierra batida. Creo que es más profundo de lo que la gente piensa. Hay mucha estrategia en juego. En una superficie como la tierra batida no esperas hacer golpes ganadores a lo loco. Se juega con mucha paciencia. Se trata más de errores no forzados y forzados. La forma de abrir la pista. La prioridad principal no es ganar, sino ser preciso y abrir la pista».

El griego, que solo se cruzaría con Djokovic en una posible final, debuta este martes contra el francés Benjamin Bonzi.