Tenis
Badosa se despide de la Philippe Chatrier con orgullo ante Sabalenka
La española ofrece ese buen tenis de sus mejores días, aunque cede ante la bielorrusa (7-5 y 6-1 en una hora y 17 minutos), que se convirtió en un muro infranqueable en el segundo set
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Iniciar sesiónPaula Badosa cede con honores en la tercera ronda de Roland Garros. Torneo del que se va con buenas sensaciones porque supo encadenar dos remontadas en las que se superó a sí misma, los dolores y la falta de rodaje, y un duelo contra ... su amiga Aryna Sabalenka en la que demostró que el tenis está, pero la bielorrusa llegó demasiado pronto. No obstante, sabe que está cerca, que este es el camino, que la Badosa que llegó a ser número 2 en 2022 está deseando salir a la palestra de nuevo.
Roland Garros
Tercera ronda
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7 | 6 |
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5 | 1 |
Era, contaba Paula Badosa, un partido que se decidiría por cómo se levantaran las dos protagonistas ese día. Porque, en teoría, ella venía con menos papeletas para prosperar, obligada a dos remontadas en los dos primeros partidos y pendiente de esa espalda maldita. Pero se levantó la española con fuerza, por fin partido en la Philippe Chatrier, con el único sonido ambiente de un público entregado con este ya clásico del tenis, y alejada del mundanal ruido de las pistas exteriores. Y cobijada, también, para evitar otra jornada larga pendiente como está Roland Garros de una lluvia que no se va.
Se levantó con fuerza la española, recuperado el primer break en contra por los nervios del inicio y el frío de la jornada, con más maña que fuerza, que esta ya llegaba a raudales desde el otro lado de la pista. Apagó por momentos los martillazos de la bielorrusa, saques a más de 190 kilómetros por hora, con igual saña cuando se volcaba sobre la pelota para arrear las derechas abiertas. Badosa aguantaba con clase y determinación: más ajustadas que potentes, más mano fina que fría, y un break a favor en el sexto juego, recuperado por la bielorrusa, y otro en el octavo y con saque (5-4) para invitarse a soñar y, sobre todo, olvidarse de la espalda.
Pero Sabalenka conoce bien a la española, que son amigas íntimas, una rareza en el circuito del tenis, femenino o masculino. Sabe que le cuesta correr con esa vértebra maltrecha, y la bielorrusa ha aprendido a manejar la muñeca para completar con sutilezas un repertorio cargado de potencia. Con ese delicado golpe derriba la fortaleza mental que exhibe Badosa (tres bolas de break convertidas en el primer set), a la que le funciona el revés paralelo que es una maravilla, pero no consigue llegar a todos los golpes cerquita de la red que le propone su rival (solo cuatro de 12 opciones de break).
La número 2 del mundo ya había metido una marcha más. La potencia ya era suficiente porque a la española se le agarrotaron las piernas y empezaron a pesar los fantasmas. Volvieron los malos gestos con su palco a pesar de los ánimos que le ofrecían porque no salían bien las cosas, que la bielorrusa era un muro de contención ante su servicio, que pierde eficacia en el segundo capítulo, y no había grietas por donde escurrirse en el resto.
«Vamos, Paula, tú puedes», la animaban desde su banquillo, y la Chatrier también celebró sus puntos con más ánimo que los de la bielorrusa. Desea el planeta tenis ver a la Badosa de las grandes tardes, esa que estuvo por muchos momentos en la pista, que sacó puntazos con el revés paralelo, pasantes ajustados, derechas a la línea y peleó lo indecible. Golpes que recordaban a aquella Badosa y que llaman a la del futuro. Que está cerca, a pesar de la derrota. Sabalenka, 28 ganadores y 8 dejadas, cinco triunfos consecutivos de los siete contra la española, se medirá con la ganadora del duelo estadounidense entre Madison Keys-Emma Navarro.
«Intenté jugar mi mejor tenis, luchar por cada punto y disfrutar de este increíble ambiente», comentó la bielorrusa sobre esa victoria en la que ha exhibido una variedad que pocas veces se le han visto. «Es duro jugar contra tu mejor amiga. Va a volver al top pronto, pero somos buenas separando cosas, solo nos fijamos en el juego», dijo sobre lo que significa jugar contra una amiga como Paula Badosa.
Cabeza alta e ilusión por el futuro
La española se marcha con la cabeza alta y buena dinámica a pesar de la derrota. "Jugué un gran primer set. Podría haber ido mejor, pero estoy contenta. Estoy jugando Roland Garros y el año pasado lo vi desde el sofá de casa. Ella jugó un gran partido. Lo que ha pasado en ese segundo set ya lo habéis visto, me han caído ganadores por todos los lados. Ella ha subido el nivel y yo lo he bajado un poco. Con este tipo de jugadores, aunque lo bajes solo un cinco por ciento, no perdonan. Las condiciones estaban muy lentas y tuve muchos nervios con el saque". Por eso Sabalenka pudo levantar un 3-5 y encadenar ocho juegos consecutivos para apagar la ilusión de la española.
Pero mira hacia delante Badosa, porque encadena buenos meses después de tanto sufrimiento con la espalda. "No estoy en mi mejor tenis, peor sí en el camino. En Roma perdí con la 3 del mundo, y ahora con la 2. Ojalá llegar a semifinales a la primera y a sí de rápido, pero milagros no existen. El camino es largo y quiero disfrutar. El nivel esta ahí, y trabajando, si me respeta la espalda, estaré ahí unos meses". Le dolió la espalda después de los cuatro partidos en Roma y tuvo que volver a infiltrarse, y espera que le aguante a la temporada de hierba, a la que está apuntada. "Voy semana a semana porque no puedes utilizar las inyecciones todo el tiempo. Si me levanto mal, espero dos o tres días. Ojalá no tenga que inyectarme más. Igual estoy pidiendo mucho, pero quiero tener fe".
Después del sufrimiento, Badosa disfruta de todo lo que puede. Sobre todo, de pareja, un Stefanos Tsitsipas que la acompaña a las ruedas de prensa y con el que jugará el dobles mixto si la lluvia lo permite. A las palabras del griego, que había dicho el día anterior que jugaba este torneo por amor, Badosa respondió: "Yo también lo hago por eso. Es especial y no todos tienes esta suerte. Tenemos una relación muy bonita. Si nos lo permite el físico y el tiempo, poder compartir estos momentos es único. Somos tenistas, pero sobre todo somos personas. Jugar el circuito individual es muy estresante, y poder pasar un buen rato jugando al tenis de forma más divertida ayuda mentalmente".
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