Tenis
El año de Sinner entre el brillo y la mancha
El italiano termina 2024 como referencia a falta de aclarar su positivo por dopaje
Jannik Sinner, tras la victoria de Italia en la Copa Davis
«Ha sido una temporada larga», suspiraba Jannik Sinner nada más derrotar a Tallon Griekspoor y asegurar la segunda Copa Davis consecutiva para Italia. Un año redondo, casi perfecto, que el transalpino iniciaba en enero conquistando el Open de Australia y que ahora ha ... cerrado en Málaga con otra Ensaladera para su país, donde ya recibe honores de leyenda. Éxito individual y colectivo para el número uno del tenis mundial, que, con 23 años, ha protagonizado una de las campañas más memorables en la historia del tenis, con solo seis derrotas en 79 partidos y ocho títulos, entre ellos dos Grand Slam y la Copa de Maestros.
«Ha sido una temporada larga», repetía Sinner, casi suplicando unas vacaciones. Y en su lamento, nadie sabe si pesaba más la carga de partidos o la sombra que le persigue desde que en agosto se hiciese público su positivo por clostebol. «Claro que ronda por mi cabeza», admitía el de San Cándido, de nuevo en el disparadero después de que la Agencia Mundial Antidopaje apelara su absolución.
A Sinner, por tanto, le tocará en 2025 confrontar de nuevo ese espinoso asunto que tan poco parece haberle afectado en este. Porque si sus resultados hasta que llegó su absolución habían sido excelentes (títulos en Australia, Rotterdam, Miami y Halle), los que consiguió después fueron incluso mejores, sumando a su palmarés Cincinnati, US Open, Shanghái, ATP Finals y, ahora, Copa Davis. En conclusión, catorce victorias consecutivas desde que Carlos Alcaraz lo derrotase en la final de Pekín a mediados de septiembre. El murciano, el hombre predestinado a pelear la supremacía con Sinner, ha sido el único capaz de ganarle este año más de una vez. Tres, para ser exactos. Del resto de tenistas del circuito, solo Stefanos Tsitsipas, Félix Auger-Aliassime y Daniil Medvedev lograron doblar el brazo del pelirrojo campeón transalpino.
Otro dato que distingue a Sinner es su capacidad para mantenerse indestructible. En todos y cada uno de los 79 partidos que disputó en 2024 ganó al menos un set, algo que únicamente Roger Federer había conseguido en 2005. También es inédito en la historia del tenis ser campeón en el mismo año de dos Grand Slams, las ATP Finals y la Copa Davis.
Sinner, como el resto de estrellas del circuito, volverá a la acción en enero, obligado a empezar fuerte, pues defiende los primeros 2.000 puntos del total de 11.830 que ha acumulado esta campaña. Uno de sus retos principales será mejorar su desempeño sobre tierra batida. De sus 18 títulos, solo uno lo logró en arcilla: el ATP 250 de Umag de 2022 (ganando en la final a Alcaraz, por cierto). Tres de sus seis derrotas de este año llegaron sobre esa superficie, por lo que sabe que su camino a la perfección pasa por mancharse más y mejor los calcetines. Sinner tiene especial interés en brillar en Roma, el único Masters 1.000 que se juega en su país. Y más, después del extraordinario recibimiento que vivió en Turín durante las pasadas ATP Finals.
Su otro gran objetivo para 2025 es Wimbledon. El año pasado logró en Halle su primera corona en hierba, pero luego Medvedev le apartó de las semifinales del Grand Slam londinense que acabaría ganando Alcaraz. Sinner tampoco olvida la tarea titánica de conquistar el Grand Slam, algo que no se consigue desde que lo hiciese Rod Laver en 1969. Sus estadísticas en pista dura (94% de triunfos) son la mejor base. Pero de nuevo está obligado a mejorar sobre las otras dos superficies para optar a ello.