Tenis / Mutua Madrid Open
Alexander Zverev: «Alcaraz ha cambiado el tenis; esa derecha no se había visto antes»
El alemán, dos veces campeón en Madrid, habla con ABC sobre sinceridad, confianza, el vértigo de las alturas y seguir a pesar de todos
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Sobresale por encima de todos, incluso de los logos de la zona mixta de la Caja Mágica. Con su 1,98 de altura, Alexander Zverev (Hamburgo, 28 años) casi está rozando el techo se mueva donde se mueva. También en el tenis, donde es ... segundo y aspira al trono de la ATP. En este 2025, fue finalista del Abierto de Australia y persigue con denuedo su primer Grand Slam. Pero siempre se ha quedado ahí, en el segundo escalón. Tres finales, especialmente dolorosa la de Melbourne, que le afectó después. Pero tras caer en primera ronda en Montecarlo, llega a Madrid como campeón de Múnich y le encanta este torneo, que ganó en 2018 y 2021, y fue finalista en 2022. «Es un sitio muy especial para mí, porque he tenido mucho éxito. Su pista central es de mis preferidas, solo he perdido dos veces en ella». Espera alargar su buen desempeño en la Caja Mágica y, antes de su estreno hoy contra Roberto Bautista, se sienta con ABC para hablar de pasado, presente y de este proceso de perder y ganar y todo lo que hay en medio.
Perdió en primera ronda en Montecarlo y ganó en Múnich. ¿Qué cambió?
Para ser sinceros, fue solo un partido. Los cuartos de final contra Griekspoor, cuando gané después de tenerlo perdido, un partido muy reñido a tres sets (6-7 (6), 7-6 (3) y 6-4). He perdido partidos muy igualados en los últimos meses, así que ganar ese duelo de cuartos hizo que mi confianza volviera. Empiezas a golpear a la pelota más fuerte, confías s golpes un poco más... Sí, fue un punto de no retorno estupendo para mí.
¿Fue como un alivio después de sufrir desde la final de Australia?
Sí, desde luego. Pero al mismo tiempo sabía que estaba haciendo un buen trabajo, y que estaba esforzándome mucho. Así que esperaba al momento en el que todo estuviera bien. A la vez, como tenista eres muy impaciente y quieres que ese momento llegue ya, que llegue rápido, pero a veces lleva su tiempo. Así que estoy contento con mi semana en Múnich, y espero que continúe un poco más.
¿Cuánto se le quedó esa final perdida en Melbourne ante Sinner?
Me afectó mucho. No fue como en las finales del US Open 2020 o Roland Garros 2024 (contra Alcaraz). En esta ocasión me dolió más porque realmente sentía que podía ganar, sentía que si entraba al cien por cien tendría mi oportunidad. Pero luego resultó que no tuve casi ninguna opción. Y eso me hizo venirme abajo. Me afectó después para la gira de Suramérica, donde tenía muchas cosas en la cabeza y no jugué bien.
Gane o pierda, siempre es muy sincero incluso de cara a la prensa. ¿Eso le ha perjudicado en ocasiones?
Soy alguien al que le gusta mostrar los sentimientos y decir lo que piensa y lo que siente. Muchas veces siento que los jugadores, los tenistas están muy entrenados. Muy programados en lo que tienen que decir a la prensa, en cómo comportarse, lo que decir y lo que no decir. Son muy diferentes cuando están cara al público de cuando están en un espacio privado. Y yo siempre intento no ser como eso, quiero ser auténtico, yo mismo. Mostrarme como soy. Aunque a veces eso me ha llevado a meterme en problemas. No siempre es bueno ser así, pero yo lo prefiero.
Estos últimos meses también Carlos Alcaraz ha sufrido con las expectativas, diciendo que parece que tiene que ganar cada torneo que juega, ¿cómo maneja usted las suyas?
Bueno, yo estoy con otras expectativas, las de ganar mi primer Grand Slam; Carlos ha ganado cuatro. Es bastante diferente, y creo que estar por detrás es un poco más fácil. Pero Alcaraz por ejemplo, lo ha vuelto a hacer muy bien, ganó en Montecarlo e hizo final en Barcelona. Está jugando muy bien de nuevo. Sí, los dos hemos sufrido en este periodo, pero creo que ya se nos ha pasado. Hemos vuelto a ganar, hemos vuelto a jugar bien, y espero poder mostrarlo aquí.
¿Es real ese vértigo del que hablan cuando estás tan cerca de la cima?
Todavía sigo aquí, haciendo todo lo posible por alcanzar la cima, por ganar Grand Slams, por ser el número 1. Me siento más cerca que nunca: estoy jugando un gran tenis y dándome las opciones de estar ahí peleando. Así que es una cuestión de ser capaz de alcanzarlo, veremos si lo consigo, pero confío en mí. Creo en mi y espero poder conseguirlo.
Tuvo que lidiar con Nadal, Federer y Djokovic, ahora llegan Sinner y Alcaraz, ¿no les tocaba ahora a los de su generación?
Para ser el mejor, tienes que ganar a los mejores, ¿no? Es verdad que hemos coincidido con rivales muy fuertes antes y ahora, pero está bien. Estoy contento de tener a estos rivales difíciles. Porque quiero ganar a los mejores del mundo. Quiero merecer ser el mejor jugador del mundo. Nadie te lo va a dar. Nadie te va a decir: 'ok, feliz cumpleaños, aquí tienes tu regalo. Tienes que ganártelo. Y para eso hay que hacer todo bien durante un periodo de tiempo largo. Yo siento que lo estoy haciendo y espero lograrlo.
¿Qué ha tenido que cambiar de su tenis por Alcaraz y Sinner?
El tenis ha cambiado mucho en los últimos años. Antes era más táctico, tenías que mover más el ritmo, jugar con variaciones. Ahora es todo potencia. Alcaraz y Sinner han cambiado eso. Son los que más han cambiado el tenis hacia ese lado. Y tienes que adaptarte. Tienes que ser más potente, más peligroso, tomar más riesgos. Es en lo que trabajo cada día.
Jugó contra Nadal y Alcaraz, ¿en qué se diferencian?
Bueno, hay una diferencia de veinte años. Y es una enorme diferencia. Rafa y todo lo que logró en tierra batida y en Roland Garros... Creo que nadie lo va a volver a hacer nunca. Ganar en París 14 veces es una locura. Antes del Big Three Pete Sampras, que era el mejor de la historia, ganó 14 Grand Slams. Rafa ganó 14 veces solo en Roland Garros, un solo Grand Slam. Es increíble lo que logró. Y Carlos, por su parte, ha cambiado el juego. La potencia que tiene y esa derecha que no habíamos visto nunca antes. Es una evolución del tenis. Imposible comparar a los dos.
¿Y hay alguna semejanza?
Sí, sí las hay. Los dos son unos luchadores increíbles. Nunca se dan por vencidos. Se mueven increíblemente bien en la pista. Pero el tenis continúa. Ahora es más rápido, más potente. Y sí, Carlos ha cambiado el tenis mucho desde que ha llegado.
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