Una lesión abdominal acaba con el idilio de Alcaraz en París-Bercy

Carlos Alcaraz llegaba a este encuentro después de desempeñar un tenis sin altibajos en su andadura en el torneo galo. Había superado a Nishioka y a Dimitrov sin ceder un set y, tras perder en las semifinales de Basilea ante el campeón Auger-Aliassime, su confianza parecía estar a la altura de la de antaño: cuando era aspirante y no el rival a batir.

Sin embargo, el bisoño Rune, de tan solo 18 años, entró a la pista con una sobriedad madura, nórdica, metiendo el 77% de primeros y haciendo de su servicio una muralla imposible de escalar. Así, mientras el tenis de Alcaraz se diluía en errores no forzados y dudas al saque, el reciente campeón en Estocolmo y finalista en Basilea aprovechó su oportunidad en el quinto juego de la primera manga para romper el servicio del español y cerrar virtualmente el set. 3-6 sin un atisbo de debilidad.

La segunda manga, pese a la mejoría en el juego del murciano, donde rozó el break en varias ocasiones, acabó prematuramente debido a una lesión abdominal sufrida por el pupilo de Ferrero. Inevitablemente, en el inicio del tie break, Alcaraz dijo basta. Iba 3-1 abajo en el desempate y estaba haciendo su mejor tenis en el partido, pero éste contratiempo físico acabó con las esperanzas de un tenista total que, desde que es número uno, no vive su mejor momento -ni anímico ni tenístico- en las pistas.

En la otra cara de la moneda está el nórdico Rune. Dominó el grueso del partido con un tenis feroz, no cedió un juego al servicio y está compititendo al más alto nivel en su incipiente carrera. Su rival, este sábado, será su verdugo en la final en Suiza: Félix Auger-Aliassime, otro joven ilustre que en este final de temporada está haciendo el mejor tenis de su vida.