Alcaraz regresa al trabajo en Cincinnati con deberes y optimismo

Alcaraz sufrió una sorprendente derrota el año pasado en el estreno, contra Gael Monfils, en la que dejó una imagen insólita en su carrera con ese arrebato de furia con el que rompió la raqueta con tres golpes en el suelo. Pero aprendida la lección, el murciano quiere convertir aquel mal recuerdo en uno bueno. Por lo pronto, después de ese estreno contra el bosnio o el italiano, el cuadro lo llevaría a emparejarse con el neerlandés Tallon Griekspoor, el checo Jakub Mensik, el australiano Alex de Miñaur (reciente campeón en Washington, ante Alejandro Davidovich) en cuartos; y con el alemán Alexander Zverev en semifinales antes de su hipotético encuentro con Sinner en la final, donde el italiano defiende el feudo logrado el año pasado.

Alcaraz fue finalista en este torneo en 2023, cuando perdió con Djokovic (baja en esta edición), y quiere volver a la senda del éxito en la que navegó en la primavera. Títulos en Montecarlo, Roma y Roland Garros, y desde la final de Barcelona hasta la de Wimbledon el 13 de julio (perdida ante Sinner), el murciano había encadenado 24 triunfos, la mejor racha de su carrera hasta el momento. Ahí decidió parar y no disputar el Masters 1.000 de Toronto. «He tenido muchas semanas de competición sin descanso. Necesito recuperarme física y mentalmente para lo que viene», se disculpaba el de El Palmar.

Y lo que viene, además de este Cincinnati, es el US Open, a partir del 24 de agosto y hasta el 7 de septiembre, donde espera Alcaraz recuperar ese halo de superioridad que lo llevó a ganarlo en 2022 después de que el año pasado cayera en segunda ronda contra Botic van de Zandschulp. Mientras Sinner defenderá los 1.000 puntos de campeón en Ohio y los 2.000 del último Grand Slam de la temporada; Alcaraz solo 10 de este Masters con final en Ohio y 50 de Flushing Meadows.