Alcaraz prepara ya 2026 haciendo caja

Carlos Alcaraz, por ejemplo, finalizó su 2025 con una semana de antelación, ausente en la Copa Davis por un edema en el isquiotibial derecho. Ha pasado unos días de asueto con su familia, pero no se olvidó la raqueta en casa. Al contrario, la sacó a pasear delante de un Prudential Center abarrotado que pagó hasta 290 dólares por verlo jugar, y perder, un partido contra Frances Tiafoe en Nueva Jersey. Al día siguiente, eran los aficionados de Miami los que acudieron en masa al LoanDeport Park para verlo jugar, y ganar, en el duelo contra Joao Fonseca. Entre medias, entrenamientos de risas con Ronaldo Nazario y homenajes de ida y vuelta con Messi, que recibió de manos del murciano el trofeo de campeón de liga con el Inter de Miami.

Estos días se han paseado por la Madison Square Cup -qué ganó Alcaraz el año pasado, a Shelton- Aryna Sabalenka, Naomi Osaka, Nick Kyrgios y Tommy Paul en modo partido de diversión y con un cheque de un millón de dólares para cada participante. Alex de Miñaur, Jack Draper, Andrey Rublev, Casper Ruud disputaron esta semana el UTS Grand Final, con partidos de cuatro cuartos de ocho minutos, y un millón y medio de euros a repartir.

Una pretemporada diferente que reporta diversión, un entrenamiento con los mejores del mundo, risas y sustanciosos alicientes. Alcaraz ha terminado 2025 como el mejor pagado de la ATP por segundo año consecutivo. A los 16 millones de euros ganados en la pistas, la revista Forbes estima otros 35 en concepto de patrocinios y exhibiciones entre otros conceptos. Pero que suman más partidos para los jugadores más top que, curiosamente, también vierten constantes críticas sobre lo cargado del calendario.

El objetivo, no obstante, es claro: el Abierto de Australia (18 de enero-1 de febrero). Quiere el murciano un nuevo tatuaje para inmortalizar este Grand Slam que se le resiste: en el que debutó hasta la segunda ronda en 2021; en el que no pudo con un partido a cinco sets ante Berrettini en 2022; al que no acudió por lesión en 2023; en el que chocó con Zverev en cuartos en 2024; y en el que Djokovic lo frenó en las semifinales de 2025.

Pero antes, otra exhibición. El día 10 y en Seúl, contra Jannik Sinner, ese partido que todos los torneos anhelan para sus finales y que incluso los protagonistas desean que se repita una y otra vez. La historia ha dejado grandes duelos entre los mejores del momento: ese Federer-Agassi en lo más alto del edificio Burj Al Arab de Dubái; y aquel icónico entre Federer y Nadal con mitad pista de hierba y mitad pista de tierra batida denominada la «Batalla de las superficies» en 2007.