Un Alcaraz en modo ahorro supera a Muller para alcanzar la tercera ronda

Incómodo desde el inicio, a Alcaraz no se le vio la sintonía con la hierba y con su juego que en la primera jornada. Es verdad que el español ha tenido tres días entre una primera ronda y otra y eso, aunque desde fuera parezca más descanso, también baja las revoluciones a las que el cuerpo está acostumbrado en competición. Por eso pareció más lento de piernas el español al inicio.

No hubo puntos extraordinarios, ni tan siquiera grandes peloteos en el primer set, pero siempre estuvo allí. A pesar de su derecha, que no consiguió domar casi en ningún momento y sumó error tras error con ese golpe. Hasta 13 fueron en ese primer parcial que solo se rompió porque a Muller se le notó aún más que no está acostumbrado a este tipo de situaciones. Todavía se prodiga por el circuito challenger y con 26 años, entró en el top cien en abril de este año.

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Después de desperdiciar dos bolas de break, el francés cedió su servicio a la tercera opción. Y solo con eso, Alcaraz tuvo suficiente para ponerse un set por encima.

No había alegría ni demasiados aspavientos, todavía serio el español, sin encontrarse cómodo tampoco en un segundo set en el que también ofreció muchos errores con la derecha y cierta inconsistencia desde el fondo. Pero Muller no aprovechó sus opciones de break y en el tie break Alcaraz fue el Alcaraz que, con 20 años, ha conquistado ya un Grand Slam y el número 1 del mundo.

Lo que no había entrado durante doce juegos entró en esos nueve puntos jugados en el desenlace: botes prontos, primeros servicios, derechas y dejadas para aturullar a Muller y dejarlo en solo dos puntos y ya con dos sets abajo. Capacidad de aguante y de reservar fuerzas.

En el tercero, más trabajo de contención, seguridad y centrarse en sus juegos. Hasta ese límite mental en el octavo juego, cuando dio un pequeño paso adelante, sin prisa, como sin querer, y empujó a Muller a los errores. No lo logró en la primera opción de rotura, pero sí a la segunda (logró solo dos de 14 opciones en todo el encuentro), con una derecha de la que no le habían salido hasta el momento, para atrapar el break y el partido.

Porque solo tuvo que sentenciar con su saque, aunque a la segunda bola de partido, que sigue también sin estar del todo fino (tres dobles faltas), pero sí sirve para estas primeras rondas. Sí, hubo 32 ganadores, pero también 41 errores no forzados. No hizo falta más.

Dos horas y 33 minutos de contención energética y emocional porque hoy toca otra puesta en escena en la que subir el nivel. «Hoy no ha sido mi mejor partido en hierba, pero me sentí bien. Sé que puedo hacerlo mejor», puso autocrítica el español tras el choque.

Porque toca este sábado, sin parón, Nicolás Jarry, 27 años y 28 del mundo después de un arreón hacia arriba en este curso en el que ya sabe lo que es poner en aprietos al español. Lo hizo en las semifinales de Río de Janeiro, exigido Alcaraz a remontar un set y a aplacar el 1’98 del chileno en el tercero con un toque de atención (6-7 (2), 7-5 y 6-0).

«Espero jugar mejor en la tercera ronda, pero estoy muy contento de volver a esta pista central, que es muy especial», comentó el español, que jugó por primera vez aquí el año pasado y perdió en octavos contra Jannik Sinner. «Gane o pierda, lo que valoro es disfrutar y hacer disfrutar, porque disfruto mucho con el público».

Después de la baja de Paula Badosa por lesión, última española en liza, la nómina de españoles se reduce todavía más en el cuadro masculino tras la derrota de Roberto Carballés ante Holger Rune (6-3, 7-6 (3) y 6-4).

El danés será el rival del otro español que sobrevive en Wimbledon, y que se clasificado también en la jornada de este viernes para la tercera ronda: Alejandro Davidovich. El malagueño ha superado en cuatro sets al neerlandés Botic van de Zandschulp (6-1, 2-6, 6-4 y 6-3).