Alcaraz se mete en segunda ronda sin esfuerzo tras la lesión de Koepfer
Los tenistas apenas habían intercambiado unos raquetazos del primer juego cuando al alemán se le escapó un tobillo hasta doblarse de forma aparatosa
Alcaraz, sobre el escándalo de Rubiales: «Son actitudes que un alto cargo no tiene que mostrar»
La nueva y desconocida faceta de Carlos Alcaraz en el mundo del lujo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl rival de Carlos Alcaraz en su estreno en el Abierto de EE.UU., Dominik Koepfer, apareció en la central de Nueva York con una camiseta que parecía la carta de ajuste. Para aquellos que no han conocido más televisión que la digital, esa ... era la señal televisiva multicolor que aparecía en la pantalla cuando se acababa la programación diaria. Fue una premonición, porque la emisión del partido se cortaría pronto. Koepfer se retiró por lesión mediado el segundo set.
Alcaraz y Koepfer apenas habían intercambiado unos raquetazos del primer juego cuando al alemán se le escapó un tobillo hasta doblarse de forma aparatosa. Se tuvo que cortar el juego y aparecieron los doctores. Un vendaje también aparatoso mantuvo a Koepfer en pista de forma temporal.
Si el alemán -75 del mundo, cero títulos en su carrera, nunca ha pasado de cuarta ronda en Grand Slam- ya era un rival asequible para el número uno del mundo, con su lesión el pase a segunda ronda de Alcaraz estaba casi garantizado. Koepfer aguantó una hora en pista y dijo que no podía más cuando el marcador estaba en 6-2, 3-2 a favor del español.
El olor a marihuana invade las pistas del US Open: «No me afectó durante el partido»
ABCLa griega María Sakkari, número 8 del mundo que cayó en primera ronda ante la española Masarova, detectó un inusual perfume en el ambiente de Flashing Meadows
Koepfer buscó sacar la fiereza del león herido. Se movía con dificultad, pero soltaba palos imposible desde su derecha, que en su caso es zurda, una de las pocas dificultades que podía plantear a Alcaraz. Esos misiles le mantuvieron a ratos en el partido, pero también le hicieron desperdiciar golpes importantes, como cuando tenía la posibilidad de romper el saque de Alcaraz y colocarse 2-2 en el primer set.
El alemán parecía desesperado. Discutía con su palco, se tapaba la cara con la gorra, caminaba a desgana y protestó al juez de silla, quizá por no recibir más atención médica.
Decidió seguir en pista, algo que quizá Alcaraz agradeció, porque necesita coger ritmo para lo que queda de torneo y para estar al nivel de los rivales que tiene por delante: quizá Jannik Sinner en cuartos, quizá Daniil Medvedev en semifinales, quizá Novak Djokovic en la final soñada por la organización. De momento, tendrá que medirse con Lloyd Harris en segunda ronda este jueves, un rival que debería ser también asequible: 177º del mundo y desconocido en las fases nobles de los grandes torneos.
En su estreno, Alcaraz pudo mostrar poco. Al menos, nueva equipación, una camiseta de diseño quizá 'kandinskiano' y sin mangas, que permite que asomen unos hombros como bombonas de butano y que hacen pensar, cómo no, en Rafael Nadal. Pero poco tenis, en un partido en el que apenas tuvo tiempo de calentar su derecha y desplegar su abanico de golpes.
Koepfer aguantó una hora en pista y dijo que no podía más cuando el marcador estaba en 6-2, 3-2 a favor del español. Acabado el partido, desde la pista, Alcaraz lamentó la lesión de Koepfer tras el partido y reconoció que «no es la mejor manera de pasar de ronda. Me gustan las buenas batallas, es bueno para la gente que viene y se queda hasta tarde», dijo sobre el público neoyorquino, que pierde horas de sueño en el turno nocturno de Flushing Meadows. «Pero, a la vez, contento de irnos al hotel antes de lo que pensábamos. Con tiempo para recuperar y acostarnos antes», reconoció.
El único esfuerzo que tuvo que hacer el murciano llegó cuando Koepfer ya estaba de vuelta en el vestuario. Brad Gilbert, el extenista estadounidense que hizo la entrevista de fin de partido, le retó a cantar una canción Sebastián Yatra. El colombiano, que actuó en la fiesta inaugural del torneo, estaba en las gradas. Sonó 'Vagabundo' y Alcaraz, que tiene descaro también cuando suelta la raqueta, la cantó y bailó ante la mayor cancha de tenis del mundo. Todavía le queda mucho esqueleto por mover en Nueva York.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete