Alcaraz desafía una época

En la arcilla se verán los estilos, las tácticas, las estrategias, la técnica, la inspiración y la ambición. Dos formas de entender el tenis: las frescura de la juventud, la templanza de la experiencia. Y la batalla se libra en todos los ángulos. También de palabra: «Es Novak Djokovic. Siempre tiene marchas extra. Yo deberé seguir su ritmo de exigencia. Todos hemos visto un nivel de Djokovic invencible. Cómo golpea a la bola, de derecha y revés, el saque, el resto; lo hace todo muy bien. Eso me fascina. Es complicado verle huecos», dice el español, brillantes victorias estos días, excepcional la última contra Stefanos Tsitsipas. «Tiene dos títulos en París y no son más porque se ha enfrentado al mejor de la historia en tierra. No es por echar balones fuera, pero mientras esté en el torneo, siempre será favorito», zanja.

También el serbio juega a aplaudir las aptitudes del rival: «Es un gran chico dentro y fuera de la pista. Juega con mucha intensidad; me recuerda a un jugador de su país que juega con la izquierda. Se merece el éxito que está teniendo, trabaja duro y es muy completo con 20 años. Es el mayor reto en este momento». Y rememora aquella única cita en Madrid de la que salió derrotado por 6-7 (5), 7-5 y 7-6 (5). Pero esto es Roland Garros, y cinco sets, y un Grand Slam 23 en su horizonte.

«Hay que intentar estar en tu versión más perfecta el día señalado. Es importante ganar un partido cuando estás por debajo, y sabes darle la vuelta», explica el de Belgrado, preparado tras su choque con Karen Khachanov; perdió el primer set, pero en su versión más superior en los dos últimos. Capaz de esconder su verdadero nivel hasta que lo necesita, renqueante en algunas rondas, imperial sin llegar a su máximo en otras. Alcaraz, al otro lado, desafía a toda una época tras destrozar a amenazas como Musetti y Tsitsipas.

Por eso no ve claro favorito Francisco Pato Clavet. «Quizá por juego y por cómo viene Carlos arrasando, apostaría por él, pero Djokovic juega con una intensidad mental y física muy alta. Sin tantos puntos espectaculares, pero sabe manejar los tiempos a la perfección. Y las situaciones extradeportivas. Ha tenido sus más y sus menos con el público, pero lo sabe atraer a favor», analiza para ABC. Mats Wilander observa: «Djokovic tendrá que luchar, pero sabe encontrar soluciones. Físicamente es un genio, pero la velocidad de pelota de Alcaraz puede ponerlo en problemas». «Desde el fondo de la pista es extremadamente consistente. Sus golpes son como rocas. Y tiene unas aptitudes mentales que incluso superan a las físicas», aporta John McEnroe.

De Alcaraz todos hablan maravillas. Es el líder natural de una generación que se ha comido a los de veintitantos y quiere imponer su propia era tras los tres más grandes. Fuerte, concentrado, no habrá bajones esta vez porque el partido no los permitirá. Es un muro atrás y hay creatividad a la que el serbio está menos acostumbrado. «Tenísticamente tiene un potencial brutal, es el que mejor juega y el que más marca las diferencias. Le veo pocas fisuras. Perder en Roma le sirvió para no relajarse ni confiarse», señala Clavet. «Tácticamente jugó un partido increíble contra Tsitsipas y sin perder su identidad. Sale de la nada y golpea la derecha con tanta fuerza que es casi una falta de respeto hacia el rival», indica Wilander.

Juan Carlos Ferrero, técnico del español, sabe bien que el serbio puede desbordar en algunos momentos. Ahí entran los consejos: «Preparamos situaciones que pueden darse en el partido. Por ejemplo, si Carlos no juega igual que otros días, cómo debe ser su actitud, y si consigue un 6-2 en el primer set, puede decantar a favor, pero Novak ha demostrado un millón de veces que es capaz de encontrar soluciones. No esperamos que jugando al cien por cien gane 6-2, 6-1, 6-2, en absoluto».

Jordi Arrese lee así la partida para ABC: «El serbio tiene uno de los mejores reveses del mundo y tal vez el mejor resto. Obligará a Carlos a tener la máxima concentración, y eso le puede acarrear tensión. Djokovic lo presionará con el resto dentro de la pista. Le jugará reveses paralelos y le cortará el ritmo yendo hacia la red para terminar con dejadas». El subcampeón olímpico de Barcelona 92 apunta la fórmula: «El serbio no ha llegado a su máximo nivel. Se le tienen que hacer muchos servicios a su derecha».

Alcaraz pasó el jueves recluido en el gimnasio del hotel; Djokovic sí se entrenó durante una hora; sobre todo dejadas. Se han estudiado al milímetro desde aquella cita en Madrid.

El nuevo y el viejo tenis se desafían hoy (14.45, Eurosport y DMax; después Alexander Zverev-Casper Ruud) para imponer su criterio. En juego, también, el número 1, que amarrará el español si gana; que podrá arrebatarle el serbio si vence hoy y triunfa el domingo. Es el partido de este Roland Garros 2023. Y ni siquiera es una final. Mañana, la final femenina: Iga Swiatek y Karolina Muchova.