Un pletórico Alcaraz aturde a Kecmanovic y ya está en cuartos

El murciano asombra al personal con la velocidad de su derecha, espectacular esa abierta que se prepara con un estupendo juego de piernas y pasitos hacia atrás. Pero no sería tan cortante, tan rápida ni tan letal si no llevara impresa una buena carga de confianza. Con ella aturde a un esforzado Kecmanovic, que no puede recuperar el break en el tercer juego del primer set y aunque fuerza la máquina del español con una gran profundidad en sus golpes, el murciano advierte que está engrasada para lo que sea. Incluso para levantar un juego complicado al final del primer parcial: con opción para cerrar el set, tiembla la mano y Kecmanovic disfruta de un 15-30 peligroso, pero es un espejismo que Alcaraz se encarga de destrozar con dos buenísimos servicios que no encuentran respuesta.

Está engrasada la derecha y aumenta el nivel del primer servicio, incluso de esa manera que solo tienen los más grandes de acertar con el ace (5 en todo el partido) en los momentos de tensión. Y, de paso, ni una opción de rotura en contra y convertidas cinco de nueve opciones.

La estrategia del serbio pasaba por ser agresivo, más que en el primer choque entre ambos, en los cuartos de final del Masters 1.000 de Miami de 2022, donde apretó también al español, pero este le ganó al final con un 6-7 (5), 6-3 y 7-6 (5) y una cincuentena de golpes ganadores. Él, en aquella ocasión, solo logró 19, y trató de mejorar el porcentaje en esta segunda oportunidad ante el español en los octavos de final del Abierto de Australia.

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Después de dejarse un par de sets por el camino, el serbio se ha afinado en la Rod Laver donde ya intimida: 6-0, 6-0 y 6-3 a Mannarino, y se enfrenta con Fritz en cuartos

Pero se topa con un Alcaraz que le dobla en agresividad. Con la derecha le deconstruye el juego desde el fondo y se anima con subidas a la red que solventa con equilibrio y elasticidad (16 subidas efectivas de 22 intentos). Kecmanovic, no obstante, sin tantas florituras ni tanta velocidad de golpeo, mantiene la guardia alta y reconstruye su juego con una esforzada defensa, igualdad en el marcador en el segundo set también hasta que Alcaraz consigue todavía un punto más de agresividad, lleno de fuerza y alturas con la derecha si no se encuentra en el punto para rematar y hasta un revés cruzado que deja sin respiración al serbio. Tan fluido por la Rod Laver que se enfada cuando no logra meter en pista una bola imposible para sumar el segundo set al resto.

«Ahora», le grita su palco en el primer juego del tercer set. A pesar de lo conseguido ya, y el cansancio acumulado, Kecmanovic no cede y no conviene ni bajar el pistón ni entrar en algún bajón físico después del esfuerzo en la hora y media anterior. Así que aprieta el español con un paso más adentro de la pista y atrapa el break a la primera. Grito y puño cerrado porque se encarrila el parcial enseguida al mantener la electricidad un poco más.

No hay un mal jugador al otro lado, ni que parezca acusar el cansancio o el haber perdido los dos primeros sets, es que Alcaraz camina por encima, un nivel superior de juego y velocidad, tanto de mano como de piernas, cruzando la pista como si no pesara. No ha salido casi la pelota de la raqueta del serbio y ya está el murciano desplazándose hacia donde intuye que botará, acierto en todos los movimientos. La confianza hace lo demás.

Hay otra derecha cruzada para sentenciar el segundo break del tercer parcial con el que la grada se lleva las manos a la cabeza. Ruge Alcaraz, pletórico en su puesta en escena en estos octavos de final porque esta vez sí, al serbio se le agota la ilusión. Había demostrado su crecimiento en estos dos años desde la última cita, buen batallador, frío y con un buen planteamiento, pero de nada sirve ante este Alcaraz que vuela por la Rod Laver, que lo devuelve todo y que se divierte todavía más al final, sin pausa ni freno en los últimos tres juegos, sin apenas oposición, 42 golpes ganadores al final de la cuenta.

En cuartos, el miércoles, espera Alexander Zverev, que gana un complicado encuentro ante Cameron Norrie por 7-5, 3-6, 6-3, 4-6 y 7-6 (10-3) en cuatro horas y cinco minutos.

«En Miami fue muy reñido y un gran partido. Hoy en cada bola he intentado ponerlo al límite y forzarlo desde todas las posiciones. Y creo que ha sido un buen partido por mi parte. Si juego a este nivel puedo tener mi oportunidad contra Zverev. Me gusta jugar contra él, espero estar listo, recuerdo un buen partido contra él en el US Open, aunque creo que no llegó en su mejor momento. Me siento bien en esta pista, cada vez más cómodo. Es un placer jugar en la Rod Laver. Me siento muy bien. La noche antes de los partidos sigo mi rutina: comer sushi», comenta a pie de pista.