Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, viajó hasta Miami de improviso para estar junto a su pupilo en la final del Masters 1.000 de Miami solo unos días después de haber perdido a su padre
A sus 18 años, Carlos Alcaraz ya ha demostrado que puede plantar cara a cualquier rival en una pista de tenis, pero fuera de ella sigue siendo un chaval joven para el que el apoyo de su familia y de su entrenador ... es fundamental. Por eso, el murciano había tenido palabras de cariño para Juan Carlos Ferrero -su técnico- en cada uno de los triunfos logrados en Miami. Dedicatoria especial para el extenista, que había tenido que viajar de urgencia a España desde Indian Wells por la repentina muerte de su padre.
Aún con la herida reciente, Ferrero sacó ánimo para viajar a Miami y acompañar hoy a su pupilo en un día grande para él. Final del Masters 1.000 de la capital de Florida en la que buscará su primer título de esa categoría, la más importante después del Grand Slam.
En el día de descanso, Alcaraz se encontraba en un salón del hotel junto a algunos familiares y gente de su equipo cuando de repente escuchó una voz amiga. Se volvió el murciano y se encontró con la figura de Juan Carlos Ferrero , al que imaginaba a miles de kilómetros de distancia.
El abrazo entre ambos, que pudo verse en un vídeo publicado por el técnico en las redes sociales, mostró la complicidad que existe entre ambos y supondrá un impulso para el murciano que hoy saldrá a la pista cargado de energía.
Ferrero le acompañó también en el último entrenamiento previo a la final, en la que Alcaraz se medirá al joven
Casper Ruud
, otro de los fenómenos de la nueva generación de tenistas del circuito ATP.
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