España, ante un rival de altura

En buena parte porque los norteamericanos se presentan con un equipo que parece más de baloncesto que de tenis. Lo lidera John Isner, cuyos 206 centímetros lo convierten en el segundo jugador más alto del circuito ATP por detrás de Ivo Karlovic (208). Lo secunda Sam Querrey , un recurso ante la falta de referentes, 1,98 metros de altura y peleón si el viento juega a su favor. Y lo completan los hermanos Bryan, los gemelos más famosos del deporte . Mike mide 1,91 y Bob se eleva hasta el 1,93. Tenistas hasta el cielo.

Y ahí que se presenta España, atrevida pese al tamaño del enemigo. Porque tiene a David Ferrer, que abre la serie a partir de las 12 horas contra Sam Querrey y se convence a sí mismo después de una temporada magnífica a la espera de un gran premio. Ferrer, quinto del mundo, el líder de la otra liga en la que compiten Federer, Djokovic, Nadal y Murray, viene de hacer semifinales en el US Open de Nueva York y asusta porque es un tenista 100% Davis. De los 14 encuentros que ha disputado en tierra batida ha ganado 14 , pleno absoluto en busca del 15. Obviamente, en Gijón se lucha sobre arcilla.

Ferrer, con cinco títulos en este 2012 de bandera, empieza con la tranquilidad que eso supone para Álex Corretja, un capitán feliz porque tiene recursos para todo. No está Rafa Nadal en Asturias y pesa notablemente esa ausencia , pues el balear es un tenista superlativo que arrastra al pueblo. Pero Corretja ve motivos para la esperanza y hace un llamamiento a Gijón para que estas semifinales sean memorables. «Nos enfrentemos a un rival que seguramente no nos dará el ritmo que necesitamos, pero esperemos que la gente nos ayude. La pista, desde el respeto, debe ser una olla a presión, un hervidero», suplica el técnico.

Para el segundo turno queda el Nicolás Almagro-John Isner , duelo que adquiere una relevancia decisiva en la previa porque muchos lo señalan como el punto más importante. Isner, que derrotó a Federer en la arcilla de Suiza y a Tsonga en la de Francia, alimenta la fe de los americanos, un top-10 que prefirió el tenis al baloncesto pese a ser un gigante. Es alto, más largo que un día sin pan, pero se mueve con mucha gracia incluso en tierra y sus saques son impredecibles.

Acepta el reto Almagro con naturalidad, expuesto siempre a ejercicios de una exigencia altísima. El murciano también lleva un curso notable pese a las molestias en el hombro de los últimos tiempos y se ha comprometido con España desde el principio , presente en todas las eliminatorias en este año peculiar.

Para el sábado queda el punto de dobles, probablemente el partido en donde los norteamericanos son más favoritos. Básicamente porque cuentan con los Bryan, campeones olímpicos en Londres y también del US Open hace una semana. Son los mejores especialistas del mundo, pero ya saben cómo se las gasta la pareja formada por Marcel Granollers y Marc López (plenamente recuperado), pues los españoles estuvieron a punto de derrotarles en la pista rápida de Toronto. Tuvieron pelota de partido, pero se les escapó por muy poco. “Es el equipo más duro que hay, muy difícil de batir”, admite Jim Courier, capitán norteamericano.

El domingo jugarían David Ferrer y John Isner y cerrarían la eliminatoria Nicolás Almagro y Sam Querrey, pendiente el personal de lo que suceda en Buenos Aires ya que Argentina y la República Checa se disputan la otra plaza en la final . España, en el caso de llegar a ella, jugaría siempre a domicilio y se aferra a la estadística para eliminar a Estados Unidos. Lleva, desde 1999, 23 eliminatorias seguidas ganando como local y quiere largar la racha. Para ello, para alcanzar la cuarta final en cinco años, debe superar a un rival de altura.