Tomic, «the kid»

De padre croata y madre serbia, Bernard Tomic nació en Alemania pero se crió en Australia con la grandeza por bandera. Por imposición paterna, se negó a entrenarse con Lleyton Hewitt, la máxima estrella de su país, y estuvo un mes sancionado por despedirse de un partido por encontronazos con el juez de silla.

A punto estuvo de irse para casa en la ronda de clasificación, pero el australiano se guarda el orgullo para los escenarios donde más gente le pueda ver. Y su juego es tan cambiante como la voz en un muchacho de su edad. Sus saques cambian de ritmo, juega con derechas que ahora es liftada y ahora es cortada y nunca golpea dos reveses seguidos de la misma manera. Entrenado por su padre, su juego es muy habilidoso, pero con ese toque descuidado que lo hace peligroso por no saber qué golpe ejecutará después.

Los rivales ya empiezan a tenerle presente. Los que ha tumbado sobre la hierba de Londres ya lo respetan. Su última víctima, el belga Xavier Malisse aseguro que “no tiene miedo”. Su próximo rival en cuartos, Novak Djokovic , también se deshizo en elogios, asegurando que “tiene un gran potencial y estará pronto en el top 10. Cree que puede ganar a los grandes”. Djokovic le dio una paliza en uno de los entrenamientos, pero Tomic le da la razón a Malisse con declaraciones llenas de hormonas: “En la pista, todo puede pasar”.

El lunes entrará en el top 100 y superará a su compatriota Hewitt. Y ya apunta maneras de número uno . Mientras el actual, Rafa Nadal , deposita las botellas en el mismo sitio exacto, Tomic siempre siempre siempre se ducha en el mismo sitio. Aunque tenga que esperar.