Nadal huele la undécima

Bedene, Khachanov y Thiem fueron devorados anteriormente, tres peleas muy desiguales en donde se consolidó el crecimiento de Nadal después de más de dos meses sin competir. Y llegó Dimitrov, que no es número cinco del mundo por casualidad y que juega maravillosamente bien al tenis. Encendido con la Copa de Maestros con la que cerró 2017, su curso actual está repleto de claroscuros , pero en Montecarlo ha completado una semana notable, únicamente frenado por el ímpetu de Nadal. Ante eso, poco se puede decir, si bien es cierto que se rindió demasiado pronto y ensució su encuentro con un segundo parcial sin nervio.

Dimitrov empezó como una moto , a un nivel altísimo, y ni siquiera él era capaz de explicarse cómo era posible que, pese a tanto esfuerzo, fuera 3-0 por debajo. Ganó Nadal esos tres juegos por nombre y por tesón, pues su presentación no fue tan limpia como la de los días anteriores y se le veía más incómodo en la central monegasca. No había hecho méritos para tanta distancia y, como era previsible, pronto se igualaron las fuerzas.

Fue un primer capítulo intensísimo, con Dimitrov tomando la iniciativa y entendiendo que a Nadal no se le puede tumbar a base de intercambios desde el fondo. El búlgaro le buscó las cosquillas y le puso en aprietos en más de una ocasión, batallando cada juego hasta la extenuación. A todo ello hay que sumarle una serie de errores de Nadal, menos atinado con la derecha y obligado a tirar una bola de más. El desenlace fue, sin embargo, como se puede imaginar. Set para el español, el 33 consecutivo en tierra batida.

Casi por obligación, Dimitrov perdió gas con ese tortazo . Hizo muchísimas cosas bien como para llevarse el set y, sin embargo, su destino estaba escrito, exhausto y sin ganas de pleitear más de la cuenta porque Nadal gana hasta sin jugar al máximo. Tuvo un apagón el búlgaro y cuando abrió los ojos ya perdía 5-0 en el segundo, fin de la historia.

Para entonces, y una vez olió a sangre, el mallorquín ya había puesto la directa. Su enemigo había tirado la toalla y el líder de la ATP no necesitó demasiado para alzar los brazos y festejar otra final , camino de la undécima y de ganarse la primera portada de la primavera. Visto lo visto, se intuyen muchas más.