Nadal derriba a Kyrgios

El gigante australiano fue el principio del caos para Nadal. La única derrota frente a él, en octavos de Wimbledon 2014, dio inicio al período más irregular del balear. El origen de sus miedos y sus dudas. Allí llegaba como número uno tras haber logrado un nuevo Roland Garros y fue tras caer con Kyrgios cuando Djokovic le arrebató el trono mundial, que aún ostenta a día de hoy. Quizá por eso, el duelo ante el insolente australiano en Roma tenía una carga simbólica más allá del pase a cuartos de final. Porque aún está lejos ese número uno, inalcanzable a día de hoy Djokovic , pero cada día que pasa parece menos improbable que Nadal puede volver a luchar por él.

Ante Kyrgios, Nadal tuvo que hacer un ejercicio de paciencia. Solo así puede derribarse la resistencia brutal de este tenista de casi dos metros y descaro infinito. La puesta en escena del balear obligó a un esfuerzo adicional, condenado a recuperar su servicio a las primeras de cambio . Las dudas iniciales del australiano con su servicio ayudaron a equilibrar el duelo, que caminó sin demasiados sobresaltos hacia el desempate en el primer set. Solo Nadal dispuso de una bola de break para haber ganado el parcial con 5-4 en el marcador, pero la potencia de Kyrgios le sacó del apuro.

Ese fue el mismo argumento que utilizó el espigado jugador para apuntarse el primer set, en un desempate sin errores de bulto que cayó de su lado y que ponía al español contra las cuerdas. Las viejas dudas no reaparecieron, porque este Nadal es diferente. Más fuerte. Más confiado. Capaz de sobreponerse a la adversidad y de elevar su nivel en cada pelota.

Así lo hizo nada más volver a la pista, con diez puntos consecutivos que le dieron ventaja en el marcador y que comenzaron a pesar como una losa en el australiano. Los raquetazos ganadores del español fueron horadando la resistencia de su rival , dolorido y mimado por los fisioterapeutas mientras veía cómo le pasaban por encima.

Con el segundo set en el bolsillo, Nadal no varió el guión. Siguió castigando el revés de su rival para acabar con su pesadilla original, que desemboca en un duelo de cuartos ante Djokovic. Cosas del destino.

Camiseta sin mangas y cascos llamativos al salir a la pista. Andares de jugador de baloncesto y provocador en sus formas. Nick Kyrgios era el héroe australiano y una firme promesa a suceder a la generación de los Nadal, Federer, Murray y Djokovic. Poco más. Pero llegaron los octavos de Wimbledon de 2014 y su primer choque con Rafa Nadal . Con servicios potentísimos desarboló al español, que apenas pudo hacer más que devolver los bombardeos. Su victoria lo consagró como la estrella en ciernes. Su momento de gloria al apear al balear en una ronda tan temprana en el Grand Slam que ya había conquistado en tres ocasiones.

Ya con un nombre en el circuito, Kyrgios ha protagonizado más vídeos y salidas de tono que grandes proezas . Con un tenis descomunal y todo un camino por delante para convertirse en poderoso con la raqueta, el australiano mantiene su aura de «pasota» con la que desespera a sus rivales. Dar un juego por perdido tirando la pelota con desgana, coger el móvil en mitad de un partido de dobles, insultar a los aficionados, gritarle comentarios personales a los contrincantes... una serie de catastróficas desdichas que ocultan por la fachada un tenista con un potencial tremendo.

Gran saque, buena colocación en los golpes, rapidez de piernas. Un lote completo que reta a Rafa Nadal hoy (15.30 horas, Movistar+, y ABC.es) en el Masters 1.000 de Roma . El español tiene un recuerdo amargo de su último y único enfrentamiento con el australiano. Ese partido de octavos en Wimbledon 29014 en el que apenas tuvo opción de afrontar la velocidad con la que llegaban las pelotas. Sin embargo, este Nadal es otro, y quiere sumar otra victoria en su camino hacia el cien por cien. Llega con confianza y títulos, y quiere seguir demostrando que está muy cerca de pelear contra los mejores en cualquier situación. Ha ganado en Roma siete veces y quizá este año pueda atacar el octavo mordisco. Primero, Kyrgios.