Federer y el cansancio castigan a Chung

Reconocía Federer que no había visto jugar mucho a Chung, verdugo de Alexander Zverev y Novak Djokovic , pero decidió que siempre había tiempo y otros torneos para dejar pasar a la nueva generación. Entró en la pista midiendo a su rival y encontró que con sus servicios y sus derechas era más que suficiente. En un primer set de media hora, solo dos momentos de incertidumbre: en el primer juego de saque del suizo, Chung se puso con ventaja, pero duró un espejismo; en el séptimo, a Federer le costó cinco bolas de set agarrar la manga.

Fue demasiado costoso para el surcoreano encontrar un lugar cómodo en la pista. Todos los golpes que apabullaron a rivales anteriores apenas hacían daño al suizo, muy entonado con su servicio y restando a su rival un metro dentro de la línea. A partir de sumar su primer juego, Chung no encontró forma de dejarse notar en la pista central de Melbourne Park. Pero se llevó la ovación de la grada ya con 5-1 y saque, al aguantar hasta en cuatro ocasiones la presión de perder el primer set. A la quinta, Federer se sentaba cómodo en su banco y con el turno de saque para empezar el segundo. La mirada del surcoreano buscaba en su palco algo, un resquicio, un alivio, pero nunca los halló.

Porque Federer, sin apretar demasiado, desquició a Chung con sus juegos que apenas duraban un minuto y con mucha presión con el resto. Ni pasar por el banco solucionó los problemas del joven, agotado, sin piernas, obnubilado y sin un guion que pudiera meterlo en el partido. Cuando lo intentaba, llegaba uno de los 20 golpes ganadores que sumó el suizo en la primera manga, o le tocaba sacar, donde volvía a hundir las esperanzas del surcoreano.

Con 1-4 en la segunda manga, Chung pidió la atención médica por una ampolla en el pie. Un respiro para intentar encontrar el juego y un síntoma de que se había dejado la piel en la semana y había llegado con las últimas reservas a la penúltima ronda. Pareció encontrar algo de alivio, con dos puntos ganadores y una de esas derechas cruzadas con las que sumó el segundo juego y de nuevo el aliento de la grada. Pero ahí se acabó el cuento de hadas de Chung. Federer volvió a no dejarlo respirar con otro juego en blanco, y el cuerpo malherido del héroe con gafas decidió el resto. El surcoreano decidió abandonar, agotado por la presión, la emoción, el escenario y un físico castigado después de la mejor semana de su vida, hasta el momento.

Será Federer quien se dispute el título del Abierto de Australia contra Marin Cilic. En juego: el sexto para el suizo, el primero para el croata. Una final de la vieja guardia, a pesar del empuje de la nueva cara del tenis mundial. Chung llegó hasta Federer. Pero llegará donde quiera.