Tenis

El desafío de la agente Muguruza

La tenista ha realizado un exigente entrenamiento con la Guardia Civil. Ha buceado por cuevas oscuras, se ha lanzado al mar desde un helicóptero y ha descubierto los secretos traicioneros de las montañas

Muguruza, ayudada por un agente de la Guardia Civil antes de una inmersión @GarbiMuguruza

Una vez aparcó el raquetero después de esta temporada indescriptible, Garbiñe Muguruza , puro nervio, programó un otoño diferente. Se concedió unos días de tranquilidad absoluta por Italia y cumplió con todos los clichés del turista: pasta, vino, fotos de rigor jugueteando con la ... Torre de Pisa... Un respiro también necesario, algo menos habitual en ella porque es de las personas que necesita adrenalina y actividad al máximo. Y eso es justo lo que ha tenido esta última semana en Mallorca participando en un entrenamiento experimental de la Guardia Civil , implicada como si fuera una más ante las exigencias diarias de los agentes.

Acostumbrada a convivir con la soledad del tenista, la experiencia ha resultado reveladora para Muguruza , quien llevaba tiempo con el gusanillo. «A mí desde pequeña siempre me ha llamado la atención hacer algo militar, algún entrenamiento, alguna formación... Aprender a hacer cosas. En definitiva, la acción, el respeto, la jerarquía », relata para ABC. «Por una serie de cosas, no había podido hacer algo así y tampoco hay tantos programas ni una especie de campamento militar ya preparado. Entre mi calendario loco y que tampoco había un sitio concreto para hacerlo, fueron pasando los años sin probar eso. Ahora, coincidió que la Guardia Civil estaba preparando un programa piloto de entrenamientos experimentales en Mallorca. Fue una experiencia genial».

La tenista, en acción @GarbiMuguruza

De la tierra de París, la campeona de dos Grand Slams ha pasado a bucear en una cueva completamente oscura simulando un rescate, ha descendido al mar desde un helicóptero y ha negociado los traicioneros secretos de las montañas. Han sido cuatro días de trabajo durísimo con despertador a las seis de la mañana y con jornadas que se alargaban hasta el anochecer. Muguruza se ha puesto al servicio del GREIM ( Grupo de Rescate e Intervención en Montaña ), del GEAS ( Grupo Especial de Actividades Subacuáticas ), del Servicio Marítimo UHEL ( unidad de helicópteros ) del servicio aéreo de la Guardia Civil, y de la USECIC ( Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia ).

En su día a día, la tenista repite golpes en busca de la perfección, solo a base de insistir se llega. Sin embargo, nada tiene que ver el tenis con las obligaciones de la Guardia Civil y Muguruza ha quedado asombrada por la profesionalización de su gente, algo que le sirve para añadir a su libreto de deportista de elite. «Lo que más me ha llamado la atención son todas las especialidades que tienen y lo preparada que está la gente. Los rescatadores dan sus vidas, tienen una preparación alucinante. Hay trabajo en equipo, liderazgo y una ejecución perfecta. Y es algo que puedo integrar en mí, en mi equipo, en mi deporte».

Es, en esencia, estar lista para actuar sin apenas tiempo para pensar. « Eso es la presión . Vista desde otro punto de vista, claro. El tenis es un juego, no deja de ser eso, aunque para nosotros en algún momento lo es todo. Pero con una buena perspectiva no te estás jugando la vida ni tienes que salvar a nadie. Ellos se juegan el pellejo por traer a gente con vida y hacer todo lo que está en sus manos. Y eso ya requiere una presión mil veces mayor. Lo injusto es que no son tan reconocidos como lo pueden ser otras personas».

«Miedo, en absoluto»

La tenista, que cada día tiene más inquietudes, confiesa haber disfrutado muchísimo de la experiencia pese a los riesgos. «Miedo, en absoluto. A ver, siempre me ha gustado bucear y hace algún tiempo me saqué la licencia. Lo de meterme en una cueva es algo que he experimentado ahora. Sí que he estado en zonas de barcos hundidos, por zonas sin luz que dan un poco de respeto... Pero meterme en una cueva como tal, nunca lo había experimentado. Es una de las cosas más peligrosas y tiene sentido. No ves nada, te metes en un hueco y te puedes desorientar muy fácilmente, da respeto. Lo demás, me ha encantado. El tema del helicóptero, estar colgada en el aire, volar... Me gusta la marcha».

Tanto que el año pasado ya tuvo su primer contacto extremo con la aventura y la naturaleza al subir el Kilimanjaro , llevando al límite su cuerpo y su mente. «La cabeza lo es todo. Están con una presión grandísima. Todo el mundo la tiene, pero aquí te juegas la vida y no sabes lo que te puedes esperar. Tienes que rescatar a alguien sin saber lo que te encontrarás y esa gente también está en pánico, quizá a punto de morir. Es impresionante, requiere conocer tus límites».

Ella, realmente, no sabe dónde están los suyos, siempre quiere más. «Cuando me rodeo de gente así y vivo estas experiencias, me ayuda mucho. Me da una buena perspectiva de muchas cosas . Cuando no me acabo de atrever, eso es lo que me da ganas. Si veo que me da miedo, pienso que no, que tengo que intentar hacerlo, con seguridad y con protección. Siempre me llama la atención expandir mi capacidad de estar en sitios en los que no me siento cómoda». Palabra de la teniente Muguruza .

Muguruza, en Mallorca, durante su entrenamiento con la Guardia Civil @GarbiMuguruza

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