La cuesta de Nadal
Vuelve al circuito para defender 7.765 puntos en cinco meses y nueve torneos
E. YUNTA
Todavía batallaba Feliciano López en el intrascendente quinto punto de la eliminatoria contra Bélgica, maquillada por Steve Darcis porque superó al toledano y ahorró un 0-5 sonrojante para los locales, y se abrazaba Rafa Nadal con Albert Costa y el resto del equipo, pendiente ... del reloj porque un avión nocturno le trasladaba a Oregon (Portland) para visitar la fábrica que le viste y jugar una exhibición con Roger Federer, María Sharapova y otros tenistas de postín. Vienen curvas y se prepara para el viaje el balear, recuperado de sus problemas físicos como ha demostrado en el Spiroudome de Charleroi y centrado en Indian Wells, en donde defiende 360 puntos de las semifinales de 2010. De ahí se irá a Miami antes de empezar la gira de tierra, en donde nadie se atreve a cuestionar su dictadura.
Admite que le falta un puntito, pero lo irá ganando con la competición porque en los próximos cinco meses apenas tiene tiempo para respirar. Cómodo en lo más alto de la ATP, con 4.425 puntos de ventaja sobre Roger Federer, Nadal suma 86 semanas en cabeza y se marca como reto finalizar 2011 en la cima, consciente de que para ello debe ganar casi todo. Básicamente porque así lo hizo en el pasado curso una vez se reconcilió con la gloria y el tesoro que defiende tiene tanto valor que en el mínimo descuido se le echan encima sus perseguidores, especialmente inquietante la fuerza con la que galopa el serbio Novak Djokovic en los últimos tiempos.
En Indian Wells le acompaña todo su equipo salvo su tío Toni, que se sumará a la expedición en Miami y delega en Francis Roig. Contento por el nivel que ha dado en Charleroi, aunque Bemelmans y Rochus no son tampoco los rivales más fuertes, Nadal centra sus esfuerzos en el saque, golpe fundamental en las rápidas pistas norteamericanas y bastante mejorado a tenor de lo visto en la Davis. Son dos torneos exigentes, con los mejores del circuito en el cuadro, todo un reto antes de llegar a su terreno.
Hasta que concluya Roland Garros, con la final el 5 de junio, Nadal ha programado este año cinco torneos sobre arcilla, incluido el grande francés. El año pasado, mordió los trofeos de Montecarlo, Roma, Madrid y conquistó París por quinta vez, pero este año añade además a su calendario Barcelona, que concede 500 puntos. Luego llega la hierba de Queen's y Wimbledon y justo cinco días después del torneo londinense, los cuartos de final de la Davis en Estados Unidos. Son casi cinco meses asfixiantes con únicamente cuatro semanas de descanso. No hay tregua.
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