Murray espera en la final del Us Open

Berdych llegaba a la Artur Ashe con ese halo que se le concede a quien en días anteriores ha eliminado al número 1, a Roger Federer. Sin embargo, esa aureola de favoritismo que le concede la hazaña desapareció en cuanto Andy Murray , cuarto del mundo, se puso a despachar su mejor tenis en la temporada de su vida, aquella en la que se ha colgado el oro olímpico de un cuello que se marchó días anteriores cabizbajo de Wimbledon al perder en la final ante Federer. Ahora, con el suizo fuera y como segundo cabeza de serie en el torneo el británico busca conquistar su primer Grand Slam.

Todo el retraso que llevaba el partido y el ajetreo por el temporal que acompañaba se rompió en el tercer juego del primer set. Murray tuvo en su mano robarle el saque a Berdych, que aguantó golpe tras golpe y cuando tuvo al británico lejos de la red le tendió una bola por la que no desplazó ni uno de sus pies. Berdych levantó el puño por primera vez y el partido, que desde el inicio tenía acento inglés, se hizo un poco más suyo.

El viento, a pesar de ser inconveniente para ambos tenistas, parecía enfadar más al británico, que protagonizó varias quejas hacia Pascal Maria tras perder la gorra en el campo y que el partido no se detuviera. Después de eso Murray desapareció mentalmente del primer set, el checo se hizo con su saque, después le coló un juego en blanco y finalmente, con una doble falta de Murray de por medio, Berdych se sumó la primera manga. Un 7-5 que duró 77 minutos, el set más largo que ambos han disputado en este torneo. El número cuatro salió de nuevo a la Artur Ashe mostrando su mejor versión. Empezó mandando en la segunda manga, con reveses a por los que el checo ni se acercaba y provocando en el primer juego la rotura de saque.

Después el guión fue el mismo que en el set anterior pero con los jugadores cambiados, juego en blanco del británico, que movía al checo por la pista a su antojo. El sexto del mundo resistía, devolvía cada bola. De nuevo el partido se paró, esta vez una bolsa sobrevolaba la pista. El público, Pascal Maria y los jugadores esperaron con la cabeza en alto hasta que desapareció. Después fue un avión lo que interrumpió el saque de Berdych.

El quinto juego, definitivo, fue un escaparate de lo mejor y de lo peor que puede hacer el checo. Pases imposibles, dobles faltas, un saque directo cuando Murray tenía el «break» de su lado y finalmente, la mala suerte de la cinta, que mandó fuera un revés de Berdych cuando el británico jugaba con ventaja para romper el saque. Lo rompió. Después, la nada.

A pesar de que Berdych intentó todo por sacar al británico del campo el buen hacer del número cuatro del mundo inclinaron la balanza hacia este. Confirmó su saque Murray, cuidó Berdych el suyo, consiguiendo que el británico mandase una bola hacia la grada (que no regresó), y volvió Murray a sacar. El primer servicio, dentro, se quedó sin resto por el vendaval, que empujó hasta la pista la silla y el raquetero de Murray.

El juego continuó tras las risas y volvió a pararse cuando un papel sobrevoló la pista e impedía sacar al británico, que miraba la trayectoria del mismo sin poder creerse tantas interrupciones seguidas. La concentración de Murray no voló como el papel, la bolsa o su raquetero y sumó el juego y el set. Hasta ayer el británico no había conseguido remontar un set a Berdych.

Y no fue la casualidad lo que le llevó a esa remontada, fue la misma regularidad de la que presumió en la cuarta manga. Murray, en cinco minutos, ya estaba dos juegos por delante, con la rotura de saque a Berdych que este marcador conlleva. Los errores no forzados del checo aumentaron, no se sentía cómodo en la pista y no hacía daño con los segundos servicios con los que jugó. El británico, al que no hay que quitarle mérito, estaba acertadísimo con cada pase que colocaba en los huecos que Berdych dejaba al descubierto.

Así llegó el 3-1, el 4-1 y el 5-1, en blanco este último. El checo deshinchado absolutamente, ni siquiera fue capaz de ganar su saque. Sí de llevar a Murray a jugar la quinta bola de rotura, pero finalmente, una vez más, los errores de Berdych ponían en bandeja el set al británico. En la quinta manga la canción parecía la misma pero uno de los cantantes, el checo, no era el mismo que en los sets anteriores. Con el viento calmado el partido parecía seguir el guión que se esbozaba antes del comienzo. Berdych cedió su saque y lo recuperó, obligando a Murray por primera vez desde el primer set a tirar del partido si quería llevarse este. En el «tie break» fue suyo.