Ferrer logra el primer punto para España en las semifinales de la Davis

Con esta victoria, alarga hasta quince su racha inmaculada en la Copa Davis siempre y cuando se juega en tierra batida. No hay ni un tachón, ni una sola derrota, y esta vez necesitó un esfuerzo de más para reducir a un Querrey notable. El norteamericano, contra todo pronóstico a tenor de los primeros lances del pulso, ha batallado hasta el final y ha estado más cerca de lo que se presumía. Pero Ferrer es un muro, un tenista inagotable.

A España se le puso todo de cara nada más empezar cuando el alicantino rompió el servicio de Querrey. Demasiada ventaja, un tesoro y más con Ferrer de por medio. Pero no había luz en el tenis del número cinco del mundo, cortos sus golpes e intermitente al servicio. Se enredó a partir del octavo juego, desaprovechó la renta y acabó rendido en esa primera magna con tres dobles faltas casi consecutivas . Ferrer estaba atrapado, irreconocible.

Coincidió su peor momento con el mejor de Querrey, un tenista alto (198 centímetros) que sabe bien lo que hace . Manda en los intercambios y castigó una y otra vez a Ferrer con un repertorio muy amplio de ganadores (47). Le acompaña un saque fortísimo y muy buenas intenciones, 26 del mundo con aspiraciones al que le tiembla a veces el pulso cuando se trata de remtara (72 errores no forzados).

Pero Ferrer despertó a tiempo. Se repitió exactamente el mismo guión que en el primer set y Ferrer rompió de entrada, manteniendo esta vez la ventaja hasta el final. Incluso la amplió para cerrar la manga con un engañoso 6-2, pero sirvió el resultado para alimentar la fe del público que acudió al Parque Hermano Castro. Con huecos en las gradas, poco a poco el personal se fue animando con la racción de Ferrer.

A partir de ahí, el partido cambió radicalmente. No hubo nada de aquel Querrey y sí algo de Ferrer , con una pizca le basta. Superó el mal trago y controló a un rival que perdió toda su fuerza, igualmente derrotado en el tercer set sin apenas oponer resistencia. Ferrer, claramente mejorado, no necesitó más que aplicar su manual para corregir todo lo malo del principio.

Y le costó consumar la remontada. Pasó apuros importantes al inicio del cuarto set para que Querrey no le quebrara, pero sobrevivió después de levantar nueve pelotas de break . Ese es Ferrer, todo corazón y protagonista de un punto magnífico en el quinto juego que calentó a la afición asturiana, fiable en las situaciones de tensión.

España busca ahora su segundo punto y se entrega a Nicolás Almagro, que se mide al gigante John Isner.