Muguruza, casi maestra

En una hora y 20 minutos Muguruza no pareció afectada por la reciente lesión en el tobillo izquierdo que le obligó a retirarse de la final del mencionado torneo de Wuhan y ganó con facilidad a su rival, que ocupa el puesto 74 en la clasificación de la WTA. Ahora se medirá a Lucic-Baroni.

Muguruza está disparada en China, en donde los aficionados le llaman «Mogu», que significa seta . «Mi padre solía llamarme seta, porque son bonitas pero si comes algunas puedes morir», subrayó entre risas.

La española asegura que está entusiasmada ante la opción de estar en Singapur. « Poder estar allí es una gran motivación , me gustaría poder estar después en las vacaciones y pensar que tuve un gran año, que me esforcé lo más posible». Además, dijo que está bien del tobillo. «Estoy mucho mejor después de tres días, bastante feliz por la mejora... Aún siento algo allí, pero bueno, hay que jugar».

Sobre su cambio de entrenador, Muguruza destacó que lleva unas buenas semanas de trabajo con Sam Sumyk , a quién contrató en lugar de Alejo Mancisidor. «De momento estoy muy contenta, decidimos probar en esta gira porque es un buen test, al final de la temporada, donde no se está tan fresco. Las cosas van muy bien, quedan dos torneos para finalizar la gira y nos sentaremos luego a ver si damos el paso o no de trabajar el año que viene», añadió.