«Nadal no se ha acabado»

Se cae de su paraíso y se desatan las preguntas pesimistas porque hay poco de aquel tenista implacable. En su hoja de ruta, el triunfo menor en el torneo de Buenos Aires y nada más, discreto su desfile por la arcilla europea hasta el punto de no tener portadas y de descender hasta la décima plaza . ¿Qué le pasa a Nadal?

«No juega tan suelto como antes y contra este tipo de jugadores tan buenos, y más Djokovic, se nota mucho», explica Juan Carlos Ferrero, campeón aquí en 2003 y que pide más profundidad a una derecha que ahora no daña tanto. «Viene estando tenso. El hecho de no haber ganado ningún título importante en tierra le ha creado mucha ansiedad y él mismo lo dice, no lo digo yo. También es mala leche que le tocara a Djokovic en cuartos , él ya sabía que iba a ser muy difícil», sostiene el valenciano.

Y le da la razón Carlos Moyá, buen amigo de Nadal, ganador en París en 1998 y voz autorizada para hablar del personaje. «Djokovic está en un momento increíble y Rafa tiene las dudas propias de haber llegado aquí sin haber tenido la temporada de otros años. Pero empieza una etapa nueva para él. En estos seis meses defendía todos los puntos que tenía que defender y ahora puede jugar con más tranquilidad».

Desde luego necesita esa calma, liberarse de una tensión que le agarrota y le reprime en la pista. «El mejor Rafa contra el mejor Djokovic hubiera sido el mejor partido del siglo, pero Rafa no está en su mejor nivel», aporta Álex Corretja, que prefiere ver el vaso medio lleno ante al murmullo. «Yo le veo que irá en clara progresión. Le vi mejor, pero le faltan estos partidos, más continuidad. Físicamente ha de recuperar su velocidad, su chispa, su resistencia... Lo más importante es que está con muchas ganas de recuperarse».

A partir de esa sensación que transmite el propio Nadal, rebelde ante la adversidad, las leyendas españolas descartan el alarmismo. «¡Es que la gente se preocupa muy pronto!», exclama Ferrero. «Tiene años tan buenos en sus espaldas que es muy difícil jugar siempre al mismo nivel. Ahora está con más problemas y se le ha notado, pero igual mejora y coge la línea de antes. De todas maneras, con lo mal que está viene haciendo finales, cuartos aquí... Ya nos hubiera gustado a otros», sentencia con una sonrisa.

Nadal, que está ya en Palma preparando la gira por la hierba que le lleva la semana que viene a Stuttgart, se enfrenta a lo desconocido y falta por ver cómo gestionará el escenario. «Lo asimilará bien. Siempre que ha caído, se ha levantado con más fuerza. Tiene que ir para arriba y lo conseguirá, sin duda. No me inquieta porque físicamente está bien. Sin dolores, es cuestión de tiempo que vuelva a estar en su mejor nivel», confía Moyá. Y en la misma línea se postula Corretja. «Yo creo que tiene tiempo, Rafa no se ha acabado. Es una continuación. Su supremacía la recuperará siempre y cuando vuelva a tener el nivel de antes».

Para ello, necesita ordenar sus ideas y afrontar una batalla mental sin precedentes. «Le está pasando algo que no le había pasado nunca, pero que a todos, todos, todos les había pasado. Se siente un poco extraño ahí, pero tiene que aprender a vivir con ello y a negociar esta nueva situación. Ha superado retos mucho mayores que ese y es cuestión de tiempo que vuelva», resume Moyá.

Sergi Bruguera, también campeón aquí (1993 y 1994), se suma al sanedrín: «Es uno de los mejores de la historia y con la mejor cabeza que he visto nunca. Estoy convencido de que va a volver a ganar un Grand Slam».

«Tiene que asumir que toca trabajar en los torneos y también fuera de ellos. Es importante la previa a los torneos y ha de hacer un poco de extra, ha de machacarse en casa para estar preparado», incide Corretja, que remata con un pensamiento común. «Todos, absolutamente todos, hemos vivido de lo que hacía Rafa. Ha dado tanto que cuando lo teníamos ahí no éramos conscientes. Era algo inaudito y la gente se pensaba que era normal, cuando es todo lo contrario». Por eso Nadal es Nadal.