Masters 1.000 de Cincinnati
Ferrer, a la final de Cincinnati
El español supera a Benneteau (6-3 y 6-2) y alcanza la séptima final de su carrera en un Masters 1.000
Ferrer, a la final de Cincinnati
Luchó a brazo partido contra Philipp Kohlschreiber (6-7 (4), 7-6 (4) y 7-6 (4). Le bajó los humos a Tommy Robredo , vencedor ante Novak Djokovic. Y también a Julien Benneteau, que había ganado a Stanislas Wawrinka, para ganarse un billete para ... la final de Cincinnati, donde nunca había llegado. David Ferrer demostró que sabe sufrir y que lo hace con garantías de éxito.
El francés sorprendió al mundo con su victoria ante el suizo Wawrinka, pero no al alicantino, que esperaba un encuentro duro y rocoso como su rival. Lo fue al principio, en seis juegos muy igualados en los que sufrió con su propio servicio. Pero a Benneteau le falta un pasito para estar entre los grandes, para luchar entre los mejors, como Ferrer, con tantos partidos en sus piernas y en su cabeza. El séptimo juego del primer set, clave en la mayoría de los encuentro, también lo fue en la primera semifinal de Cincinnati . Apretó el número 6 del mundo, con la raqueta y con la mente, y el francés sucumbió ante la presión. Y tampoco supo reaccionar después, Ferrer se lo supo muy difícil añadiendo a su juego un punto más de agresividad y un escalón más de velocidad.
Fue definitivo para que el español firmara la primera manga por 6-3. Puntos bien estructurados y muy pensados, al francés le pesó demasiado la raqueta en la reanudación. Sobre todo desde fondo de pista porque a Ferrer no se le cansaban las piernas y llegaba a todo lo que intentó su rival. El servicio del alicantino continuó en muy buen estado y su agresividad se mantuvo muy alta aun en esos momentos en los que suele pasar peores ratos: a la hora de atrapar la victoria.
No fue un inconveniente ante Benneteau. Ferrer se concentró solo en el siguiente punto y evitó pensar más allá. Su rival le ayudó porque ya no supo qué hacer con su tenis, el que le había llevado hasta la semifinal de Cincinnati, pero con el que no pudo lidiar con el español. Prueba de ello fue las tres opciones de partido que regaló con su saque en el octavo juego de la segunda manga. El de Jávea no aprovechó, pero se fabricó dos más hasta que se hizo con la victoria. Séptima final para Ferrer en un Masters 1.000. Logró la victoria en una ( París-Bercy, en 2012 ), pero tiene cuerpo y cabeza para llevarse la segunda. Solo le queda un paso.
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