
Las manías de los tenistas
Bailes de la victoria, botes de concentración, saques ortodoxos... cada tenista tiene una seña de identidad que le hace único
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12345678Rafa Nadal

Mil y una rutinas conforman su ritual. Antes, durante y después del partido. En una final siempre sale empuñando la raqueta, protege de la tierra su raquetero con una toalla, utiliza dos, una en cada esquina, para secarse en cada punto sin perder tiempo, se pasa la mano por la nariz-oreja-nariz y oreja antes de restar o sacar, jamás pisa las líneas y espera al rival para que pase primero a su banco. Si gana el sorteo elegirá restar. Manías que lo definen y con las que llega a la novena final de Roland Garros de su carrera en diez años.
Maria Sharapova

Una de las finalistas en París este año ya ganó el torneo en 2012. Reconocible allá donde vaya por su estilizada figura, en la pista mantiene ese momento de concentración de cara a la valla, su drive y su revés en el aire cuando va a restar y sus golpecitos en el muslo, sus gritos en cada golpe y su característico saludo a la grada cuando gana.
Gael Monfils

Llegó a cuartos en un partido extraño ante Andy Murray. Perdió en cinco sets con una grada que le brindó los mejores aplausos y los más encendidos ánimos. Para devolverles el cariño, dejó sus saques marca de la casa, con los dos pies juntos a la hora de lanzar la pelota.
Tomas Berdych

Fua una de las víctimas del niño rico del tenis, Ernests Gulbis. El checo, a pesar de sus 196 centímetros de altura, todavía dobla la apuesta cuando se lanza la pelota en el saque.
Ernests Gulbis

El talento desbocado de Letonia protagonizó la revelación del torneo al derrotar a Roger Federer. Deslenguado y divertido, sus derechas son reconocibles en cualquier punto del planeta. También su saque, en el que utiliza la raqueta como si estuviera a punto de disparar.
Andrea Petkovic

La alemana se quedó a un paso de la final de París después de una larga lesión que la ha apartado del circuito demasiado tiempo. Demasiado porque es una tenista singular, con más títulos fuera que dentro de la pista y que siempre hace las delicias del público. Su baile de la victoria es siempre muy aplaudido. Y la raqueta se lleva un beso.
Serena Williams

También la estadounidense confía sus triunfos a un rutinario baile final. Solo un par de pasos y una vuelta de bailarina para saludar a las cuatro gradas. Garbiñe Muguruza la apeó en segunda ronda en París, pero amenazó con entrenarse cinco veces más fuerte para no volver a perder jamás.
Novak Djokovic

El número 2 del mundo tiene Roland Garros entre ceja y ceja, y superó a Gulbis para llegar a la final. Si la gana, también saldrá como líder de la ATP. Dejó los aspavientos más exagerados en sus inicios y ahora se centra en cada partido botando la pelota once veces antes de su primer servicio.






