Novak Djokovic sigue demostrando que sin la raqueta en la mano es un buen dinamizador de esperas por la lluvia. Lo demostró en Roland Garros . Las nubes hicieron acto de presencia y provocaron un parón que permitió al serbio hacer reír a la gente ... de la Philippe Chatrier. El recogepelotas que le cubría de la lluvia con el paraguas se convirtió en la estrella indiscutible al ser invitado por el tenista a sentarse con él en el banco, charlar, intercambiar paraguas por raqueta y brindar con Perrier.
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