masters 1.000 de montecarlo
Orgullo suizo en Montecarlo
Wawrinka busca su primer título de Masters 1.000 y Federer estrenar palmarés en el lujoso torneo del Principado (15 horas)
E. YUNTA
Pase lo que pase este domingo, en el Country Club de Montecarlo sonará el himno de Suiza. Stanislas Wawrinka y Roger Federer dignifican al pequeño país centroeuropeo en la final del primer Masters 1.000 sobre tierra batida de la temporada, inesperada batalla ya que ... todo el mundo apuntaba a un nuevo pulso entre Rafael Nadal y Novak Djokovic. Los helvéticos, sin embargo, alteran el guión y prometen emociones fuertes en la sobremesa (15 horas, TDP).
Wawrinka busca en Montecarlo su primer Masters 1.000, clasificado para el día decisivo después de superar con claridad a David Ferrer por 6-1 y 7-6 (3) en las semifinales. Ahora tres del mundo, Wawrinka por fin se siente un grande después de su fantástico triunfo en el Abierto Australia, un salto mental que le ha dado alas.
Por ranking, es la primera raqueta de Suiza, pero él siempre concede el favoritismo a Federer. Wawrinka ha crecido durante todo este tiempo a la sombre del ganador de 17 grandes y no le ha ido mal del todo, aunque en su palmarés faltaba un premio de los importantes. Llegó en Melbourne y ahora quiere estrenarse en el listado de Masters 1.000.
Tiene mimbres para ello, peligroso cuando el viento sopla a su favor. Le vuela el revés a una mano, con mucho su arma más peligrosa y que ejecuta a las mil maravillas, y eleva los porcentajes con el saque si está inspirado. Wawrinka ya no es sólo el proyecto de un gran jugador, por fin es una realidad como evidenció contra Ferrer .
Y lo es y lo será siempre Roger Federer, empeñado en sonrojar a todos los que le dieron antes por muerto . Ha resucitado siempre y mantiene una ilusionante trayectoria en 2014, ganador de duelos importantes como el que mantuvo con Novak Djokovic en las semifinales. Se impuso por 7-5 y 6-2 en un duelo desigual por los problemas físicos del serbio , pero su renacer es una bendición para el circuito.
Federer tiene un tenis renovado, eficaces los cambios que introdujo a la desesperada para volver a estar entre los mejores. Él siempre lo será, ahora cuatro de la ATP y orgulloso como para querer seguir en la elite. Tiene 78 títulos, de ellos 17 grandes, y le falta por estrenarse en Montecarlo, un torneo que no entraba en sus planes y al que acudió a última hora utilizando una invitación .
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