masters 1.000 de montecarlo
Nadal coge sensaciones ante Gabashvili
El balear nota la falta de ritmo ante un ruso que le leyó muy bien los golpes pero que terminó sin aire (6-4 y 6-1)
l. m.
Es fiel en sus rituales de concentración, de presentación ante el rival y, también, de comenzar los torneos con cierta inseguridad. Rafa Nadal comenzó su reconquista de Montecarlo ante Gabashvili, un tenista duro y fornido con el que le costó entrar en materia. Tampoco ayudó ... que, para su sorpresa, el ruso eligiera restar tras ganar el sorteo de campo. Algo que forma parte de la filosofía del balear, pero que no suele ser habitual en el resto de tenistas. Mucho tiempo sin jugar, primera incursión en la tierra batida y comenzar sacando fue una coctelera que desequilibró un tanto la rutina de Nadal, que cedió su primer saque.
Ayudó a su "error" inicial la dureza de los golpes que llegaban desde el otro lado de la pista. Reveses muy abiertos y derechas muy veloces que obligaron al número 1 del mundo a restar demasiado atrás de la línea de fondo. Gabashvili aprovechó la "frialdad" en las piernas de su contrincante para envalentonarse y mirar a los ojos al ganador de Montecarlo en ocho ocasiones. Completó la consolidación de la rotura inicial y siguió leyendo muy bien los saques y los disparos de Nadal.
El zurdo de Manacor calentó motores desde el 3-1. Pidió que los recogepelotas fueran más rápidos a la hora de ofrecerle las pelotas porque se ganó una advertencia por pérdida de tiempo. Su ceño, fruncido, en exceso para ser el debut en su paraíso del Principado, se abrió cuando logró salvar una segunda bola de rotura en el quinto juego que sumó a su marcador. Un "Vamos" al aire fue la transformación definitiva. El empate a tres juegos llegó en blanco. Siguió con restos muy cortos y saques poco profundos y demasiado cristalinos que Gabashvili leyó muy bien. Cambiaron sus piernas, calentadas ya con la afición y con el plomizo sol que caía sobre la pista central. Más rápido en la contestación de los golpes rivales, más agresivo con su drive todopoderoso, Nadal encontró el camino.
Po primera vez mandó él en el partido. Y como si volviera todo a empezar, la lógica del ranking se impuso. Al resto, Nadal logró su segundo break, definitivo para sumar el primer set en su mochila de Montecarlo 2014. A partir de ahí, a pesar de la insistencia de Gabashvili, el balear sumó cuatro juegos seguidos gracias a un porcentaje de golpes ganadores que ridiculizaron las estadísticas de la primera manga.
Solo hubo un tropiezo más antes de firmar la primera victoria: un break que vino precedido de una segunda advertencia por "perder" tiempo. Vino después del punto más intenso del partido, que ganó el ruso. El enfado de Nadal con el juez de silla, a quien le recriminó que no le permitiera descansar un poco más de un peloteo agotador, fue el impulso que necesitaba para terminar de arrollar al ruso. Antes tan buen lector de sus golpes, ahora tan agotado porque Nadal fue el Nadal de siempre: el luchador, el que no da nada por perdido, el que encuentra siempre ese golpe ganador, plantadas las piernas dentro de la pista, enfocada su mirada al ángulo imposible, cerrado el puño después de otro drive que señala el camino de la victoria. La primera en Montecarlo 2014, la 299 sobre tierra batida. Después de las dudas, el aterrizaje sobre su superficie favorita comienza a dar sus frutos.
"Es positivo terminar el partido mejor de lo que lo empecé. Gabashvili ha empezado muy bien, con golpes muy duros y me ha costado entrar y encontrar los huecos. Pero he encontrado el ritmo y espero estar mejor para mañana. Y sí, veré la final de la Copa del Rey. Como madridista, quiero que gane el Madrid", comentó Nadal después del partido en declaraciones a TDP.
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