Bernard Tomic, el chico malo del tenis

A cualquiera del circuito que se le pregunte responderá igual. ¿Tiene Tomic los mimbres necesarios para ser un jugador top? Sí, si se habla única y exclusivamente de talento sí, pues se trata de un tenista diferente, una fuente de recursos interminable que es capaz de firmar golpes de auténtico genio.

El problema es que al segundo es capaz de estropear el mejor de los puntos con un error de bulto, nula capacidad de sacrificio cuando el paisaje deja de ser bonito , un problema común en los jóvenes de hoy en día. La cultura del esfuerzo ya no se lleva y le definió Toni Nadal con una frase lapidaria. «Dije hace unos años que Tomic parecía bueno. Algunos años más tarde es bueno, pero da la sensación de que no quiere ser muy bueno».

Agresión al entrenador

Se justifican esas palabras si se tiene en cuenta el historial de Tomic, señalado por los antecedentes. Su entorno no colabora y menos lo que ve en casa, con un padre que tiene vetada la entrada a los torneos de la ATP porque en mayo, en el Mutua Madrid Open, le propinó un cabezazo a Thomas Drouet , el sparring de su hijo. Le partió la nariz a Drouet , que reveló posteriormente las vejaciones y los insultos permanentes que recibía cuando entrenaba a Tomic. Incluso el tenista llegó a dispararle con una pistola de aire comprimido.

Es el número 57 y sólo tiene un título en su palmarés (Sidney 2013), pendiente el personal de que decida romper. Se ha dejado ir de forma sospechosa en los partidos cuando no le interesaba, se le denunciado por excesos de velocidad hasta el punto de perder el carnet y es conocido por sus fiestas descontroladas.

Pero aun así, sigue siendo una amenaza para Nadal porque juega un rato al tenis. «Jugar contra Rafa es muy difícil, va a ser un partido muy duro. Tengo que prepararme de la mejor manera posible y jugar muy bien para tener alguna posibilidad. Todo es posible esos días, ahora estoy en buena forma y tengo bastante confianza en que puedo ganarle ».