TENIS
Nadal pisa el cemento un año después
Lleva un año sin jugar en cemento y se pone a prueba en Indian Wells, en donde se cruzaría con Federer en cuartos de final
Enrique yunta
Indian Wells pasa a ser mucho más que un Masters 1.000 para Rafa Nadal, señalada la cita americana en el calendario por todo lo que conlleva. Atrás quedan las semanas de tierra por Chile, Brasil y México, resueltas con una final, dos títulos y ... la certeza de que Nadal está cada día más cerca de su objetivo. Nadie duda de sus prestaciones en arcilla y ahora se enfrenta a la prueba de la verdad, su rodilla acepta el reto del cemento.
Compite porque así se lo dicta el corazón después de su fantástica semana en Acapulco, en donde se acercó al máximo al viejo Nadal. Le iban sus golpes y se movía con un dolor soportable, despreocupado a la hora de correr y apoyar. De ahí que se animara a coger un avión y presentarse en Indian Wells después de su exhibición en el Madison Square Garden de Nueva York, en donde perdió ante Juan Martín del Potro.
Nadal admite que no está al máximo, pero que su progresión es la adecuada. No mira los resultados aunque alimenten su autoestima, imposible descartar ese gen competitivo que le caracteriza. «La prioridad es que la rodilla se recupere y después intentar llegar en unas condiciones muy similares o muy cercanas al cien por cien en Montecarlo», asegura.
Ese es su verdadero objetivo, la gira europea de tierra batida. Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros marcan su temporada y defiende cuatro coronas después de su fantástico 2012, en donde sólo patinó en la arcilla azul de Madrid. Sin embargo, no se olvida de que a partir de París se pasa a la hierba y que luego llega el cemento. Tiene que adaptar sus rodillas a esas pistas que tanto le castigan.
«Es un dolor que me permite moverme bien, que me permite correr sin tener que pensar en la rodilla y eso es lo más importante para mí a día de hoy», repite una y otra vez después de lo bien que se encontró en México. En Indian Wells se mide a sí mismo y para empezar se enfrentará al vencedor del duelo entre Go Soeda y Ryan Harrison. Si cumple con los pronósticos, se cruzaría en cuartos con Roger Federer y por la misma parte del cuadro viaja David Ferrer.
El torneo californiano, que a Nadal le encanta, presenta un cuadro repleto de estrellas, lo habitual en un Masters 1.000. En Viña del Mar, Sao Paulo y Acapulco, los rivales no eran especialmente potentes hasta las rondas finales y ahora le prueban las mejores raquetas del mundo. Le congratula el haber sido tan superior a David Ferrer en México , pero la gente se pregunta si será capaz de plantar cara a Novak Djokovic, Roger Federer y Andy Murray. Otro desafío pendiente.
Nadal lleva un año sin disputar un torneo en pista rápida. Fue en Miami, la cita posterior a Indian Wells y en donde se retiró en semifinales porque su rodilla ya le enviaba mensajes. No gana un título en esta superficie desde octubre de 2010 (Tokio) y se refugia en la tierra para seguir con su leyenda. Parece poco probable que vaya a ganar ahora después de tanto tiempo, pero su objetivo es que la rodilla aguante. Nadal se prepara para el test.
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