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Sumo: larga vida a la leyenda, corta vida al luchador

Expertos en medicina y deporte explican los riesgos que conlleva este deporte milenario que quiere mantener su propia salud y la de sus participantes

Muere a los 54 años Taro Akebono, el primer gran campeón de sumo nacido fuera de Japón

Presentación de los luchadores, antes de una competición, con los atuendos típicos De San Bernardo
Laura Marta

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Se levantan a las cinco de la mañana. No desayunan. Se ejercitan durante tres horas. Comen. Mucho. Se van a dormir. Hasta mitad de la tarde. Cenan. Mucho. Se acuestan. No hay más actividad en los establos ('heya') de los luchadores de sumo, marcados por ... la jerarquía –primero comen los sénior, la limpieza y la comida la hacen los peor clasificados– y un estricto código de conducta –el castigo físico solía ser habitual; en 2007 murió un chico de 17 años por una paliza por querer abandonar–, pero esta es intensa. Tanto en actividad física como en la puesta a punto del cuerpo a través de la comida. De media, estos deportistas ingieren alrededor de 10.000 calorías (entre seis y diez cuencos de 'chanko nabe', una mezcla de productos calóricos que puede contener todo lo que haya en la cocina: cerdo, pollo, ternera, caldo de carne, huevos, tofu, soja, pescado, verdura, algas, arroz), y con alcohol para pasarlo todo.

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