BALONCESTO
Pedro Fernández, presidente del Baloncesto Sevilla: «La responsabilidad es mía, totalmente mía»
El máximo dirigente del histórico club sevillano, abocado a la desaparición tras la negativa del juez a la solicitud de medidas cautelares para inscribirse en la ACB, carga con toda la culpa de lo sucedido: «Siento que he fracasado desde el inicio, no en estos dos meses desde el ascenso»
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Pedro Fernández, en una rueda de prensa
Sin medidas cautelares, ACB ni Primera FEB a la que agarrarse como tabla de salvación para seguir compitiendo, el Baloncesto Sevilla se tambalea seriamente, apunta al cierre y todas las miradas críticas se dirigen a Pedro Fernández, el controvertido presidente de la entidad hispalense, cuya ... gestión, así lo reconoce él en entrevista con este periódico pocas horas después de conocerse el fallo judicial, ha fracasado. Lo asume así, sin evadir responsabilidades, una vez confirmado el revés judicial que valida la decisión de la ACB de no inscribir al histórico equipo sevillano, al que se le va agotando la vida después de muchos tumbos y cambios de dueños, pero siempre sin proyecto definido ni consolidado, desde 2014.
-¿Cómo está después del mazazo del auto judicial?
-Realmente mal. Ni me lo esperaba ni creo que lo mereciera. Soy de acatar lo que diga la Justicia, aunque en este caso no me venga bien ni creo que haya sido una opción técnicamente bien hecha, pero acato la resolución judicial. Es lo que hay. Evidentemente, estoy triste.
-Dice que no lo esperaba. ¿Mantenía la esperanza de una resolución favorable que le concediera las medidas cautelares?
-Claro, si no, no las hubiera pedido, eso es obvio. Tenía la esperanza e incluso la seguridad, pero hay veces que las cosas no salen como uno quiere, como uno espera ni como uno cree.
-Hay la posibilidad de apelar porque no es resolución firme. ¿Lo va a hacer?
-No lo sé, lo tengo que ver ahora con los abogados. Apelemos o no, la situación no cambiaría respecto a la inclusión en la ACB porque ya no daría tiempo, con lo cual, si lo hacemos, es simplemente una cuestión de solicitar indemnización por daños y nada más.
-¿Existe alguna alternativa a la desaparición o ya no hay salida?
-Lo voy a ver con los trabajadores y los abogados de Sevilla y Madrid. No veo ninguna salida diferente ya que no estamos en ninguna competición. No estamos en la ACB y renunciamos a estar en la Primera FEB. No veo una fórmula, pero estoy abierto a que se me exponga porque, lamentablemente, lo otro supone un gran perjuicio para mucha gente que se quedará sin trabajo si no existe una alternativa.
-Habrá mucha gente que se pregunte cómo es posible pasar en dos meses de la felicidad por un ascenso a la liquidación de un club histórico. Es una noticia muy dura.
-Claro que lo es. El año pasado, como sabe la mayoría, yo recojo el club en plena fase de desaparición y he intentado financiarlo íntegramente y llevarlo a la cota más alta, que es el ascenso a la ACB. Y hasta ahí he llegado. No quiero decir con ello, y no es ahora el momento, que culpe a nadie de nada. La responsabilidad de haber cogido el equipo, haberlo salvado el año pasado y haberlo subido a la ACB es mía, pero también la responsabilidad de no haberlo podido inscribir. Fui yo el que elegí comprárselo al Betis y no puedo responsabilizar a nadie de ninguna manera. La realidad la conocemos todos: no cogí un club solvente ni nada por el estilo. Cogí a un club que llevaba dos años en fase de liquidación y finalmente me pareció buena opción. Por otro lado, hay que reconocer públicamente que no ha habido más oferta que la que hice yo. Y ahí está el club de fútbol para explicarlo. No existió ninguna oferta más que la mía. Y que me encontré, también es verdad, con las dificultades que yo ya sabía. Simplemente tenía la esperanza de que esas dificultades las iba a poder solventar, negociar o lo que sea, pero no ha sido así. Son dificultades históricas. Y no solamente no las suavicé, sino que se incrementaron o se hicieron todavía más difíciles. Con todo, insisto en que la responsabilidad es mía, totalmente mía. Y hasta ahí se puede contar. Yo he intentado todo lo que estaba en mi mano, pero mi mano llega hasta ahí, incluso financiar y entregar un montón de capital propio para un proyecto que al final no ha salido. En este sentido, estoy bastante tranquilo conmigo mismo. Insisto en que nadie más es responsable de esto. Es una pena por la gente que sí ha estado en el proyecto y que nos ha apoyado. Ha habido personas que han trabajado mucho y muy fuerte. No ha habido nadie en la plantilla que no haya trabajado con todas las circunstancias en contra que ya sabíamos. Y se han repuesto a ello y han conseguido desde el punto de vista deportivo un éxito a pesar de tener unas enormes dificultades desde el principio hasta el final. Pero no se ha podido concretar y la responsabilidad última siempre es del propietario y el propietario soy yo. Entonces, hoy no es día, ni creo que vaya a serlo ninguno, de culpar a nadie de nada. Si hay culpa de algo, es la mía. La realidad es que he hecho todo lo que he podido, y el que lo sabe, sabe perfectamente que estoy diciendo la verdad. He hecho hasta donde he podido y no he podido más.
-¿Ha fracasado en estos últimos meses desde que se logró el ascenso?
-Siento que he fracasado desde el inicio, no en estos dos meses tras el ascenso. El objetivo era salvar el club, salvar las deudas con las que se me vendió, montar una estructura deportiva y técnica, y alcanzar metas deportivas altas. Esos tres objetivos se consiguieron. El cuarto era, y muy importante, tener el apoyo financiero como cualquier otro club de la ACB. Incluso no solamente el financiero, sino el emocional y el real. Y esa cuarta pata me ha fallado. Seguramente será por mi culpa, pero ha fallado. No he tenido ese apoyo, no de la manera que podía prever desde el inicio, ni como en principio se me había prometido, sino que ha sido bastante peor. No es el fruto de los dos últimos meses, sino del año entero. Pero, insisto, nadie estaba obligado a nada. Simplemente pensé que iba a ocurrir lo que hubiera ocurrido en cualquier otra ciudad de España y no ha sido así. Me da pena por la ciudad de Sevilla. Espero que esto pueda servir a la ciudad, para que proyectos que están en marcha ahora mismo, tengan ese apoyo y ese cariño que yo no he tenido. Porque creo que Sevilla sí merece tener un equipo de alta competición y estar en el segundo deporte nacional de los primeros puestos. Sevilla es una ciudad que me ha enamorado y sigue enamorándome. Sigo teniendo muy buenos amigos allí, espléndidas sensaciones y me gustaría que en un futuro Sevilla pudiera tener lo que merece.
-¿Se equivocó al no inscribirse en la Primera FEB o sigue pensando que hubiera sido para nada?
-No me equivoqué, hubiera sido para nada. Yo hablé con los distintos departamentos, eran la cuarta pata. Y, si no, era insostenible totalmente. Tuve varias convocatorias de reunión y en la penúltima y la última se me dijo claramente que en la Primera FEB no iba a haber ningún tipo de ayuda, ni por parte del Ayuntamiento ni de la Diputación. Con Cajasol, que me ha prestado siempre su apoyo y sólo tengo palabras de agradecimiento para Antonio Pulido, tampoco la podía haber, aunque ya la hubo, porque adelantó 150.000 euros al proyecto. No hay reproche en ese sentido, pero la realidad es que la Primera FEB ya este año casi me supuso la ruina. Sabía muy bien que una salida en Primera FEB iba a ser una ruina peor todavía, teniendo un equipo francamente malo y dando un espectáculo que no me gusta. Cuando me he metido en proyectos de baloncesto, ha sido para dar un espectáculo y ganar. No me cuadra apuntarme en esa categoría para tener un equipo con un presupuesto de 200.000, 300.000 o 500.000 euros, que iba a ser la aportación del Grupo Hereda. Puede ser muy valorable, pero desde mi punto de vista es una broma para una ciudad como Sevilla. El año pasado, de 23 partidos en casa se ganaron 22, y muchos por paliza. Y no tuve apoyo. No me quiero imaginar cómo habría sido el año que viene teniendo que poner yo todo el dinero. Lamentablemente, el dinero está limitado y no puedes estar gastando siempre igual. Y si en vez de ganar 22 partidos, pierdes 18, el sufrimiento habría sido absoluto.
-Si se cierra el club, ¿los trabajadores pueden estar tranquilos en cuanto a su indemnización?
-Lo que les puedo garantizar es que se les liquidará todo. Eso se lo garantiza no yo, sino un juez, pero yo no he concursado nunca ni voy a concursar. Lo que haría sería liquidar. La liquidación, a diferencia del concurso, paga todas las deudas, y el concurso, no. Como las deudas son muy escasas y de este mes y con los trabajadores, tampoco tiene demasiada importancia. Los trabajadores no están ansiosos por eso, sino por una continuidad. No estaban ansiosos porque se les debiera dinero, sino porque querían un futuro en la ACB y para un club de 40 años. Hay trabajadores que llevan mucho tiempo allí, otros que no llevan tanto pero que también tienen mucha ilusión... Son todos muy buenos profesionales para tener un contrato mañana y por supuesto van a tener su liquidación antes de que entre el proceso de liquidación. Eso, por supuesto. Se les debe tan poquito que no es una preocupación el que vayan a cobrar los últimos 15 días del mes. Lo que les tiene en tensión es el futuro que tenían en un club de baloncesto ACB y que ya no tienen.
-No estamos hablando de un club cualquiera, sino de uno con casi cuatro décadas en el baloncesto profesional español. Es un golpe importante para el deporte de élite de la ciudad.
-De las pocas llamadas que he tenido ha sido la del director del IMD. Me ha dado sus condolencias, se lo he agradecido mucho y sólo espero por Sevilla que los equipos que queden puedan tener ese apoyo y resurgir. Y conseguir grandes metas y tener un espectáculo que Sevilla se merece, el del baloncesto. Eso le he trasladado a este señor: que lo que no se me dio a mí, se le dé a ellos. Una vez que yo desaparezca, es importante que Sevilla vuelva a tener baloncesto de alta calidad. Si hay equipos que representan a la ciudad, deberían estar apoyados por esta. Igual nuestra salida conlleva un futuro mejor para otros equipos.
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